Capítulo 50

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Había pasado poco más de una semana.

Yelena no podría haberla llamado perfecta, pues eso estaba muy alejado de la realidad, pero tampoco había sido completamente mala.

Peter había intentado entrar a su casa unas cuantas veces, Tony y los del coro llegaban de inmediato a rescatarlas. Incluso debieron llamar a la policía una vez cuándo las cosas se pusieron realmente violentas.

Para resumir lo sucedido, las chicas habían salido a dar un corto paseo y al regresar se encontraron con Peter, que debía de estar regresando de alguna de las casas de las muchas chicas fáciles de los alrededores. Peter de inmediato las miro con ira y corrió tras ellas, logrando alcanzar a Kate casi al instante. Estaba a punto de meterla en su auto cuándo Alexei salió de casa y comenzó a golpearlo con un viejo sartén, logrando que ambas se refugiaran en casa antes de que el hombre volviese a seguirlas. Pero no fue suficiente. Cuándo Alexei logro entrar y les ordenó cerrar todas y cada una de las puertas y ventanas del lugar, Peter, completamente desesperado, comenzó a golpear la puerta y amenazo con utilizar un arma si era necesario. Fue entonces cuando Yelena llamo a la policía, el idiota de Peter ganándose una noche en la fría estación.

Intento acercarse un par de veces más, por supuesto, porque no era uno de esos que suelen rendirse fácilmente, pero sorpresivamente, el sábado, cuándo se lo encontraron cara a cara luego de una larga cita con el nuevo psicólogo de Kate, el hombre simplemente se dio vuelta, entro a su auto y se marchó como si realmente no las hubiese visto.

El lunes Kate había ido a la biblioteca a solicitar empleo. Según ella, no quería sentirse como una inútil que solo asistía a clases de fotografía porque pensaba que tenía un poco de futuro con eso.

Demetria la había contratado de inmediato, indicándole que aquella sería su semana de prueba, Yelena ofreciéndose de inmediato a ayudarla en el proceso de aprendizaje su jefa aceptando, no sin colocarles antes la condición de "ningún tipo de trato demasiado afectivo en horas laborales".

El martes, cuándo Demetria la vio llegar junto a Kate, le dijo tiernamente que jamás la había visto llegar de tan buen humor al trabajo.

Y fue así como llego el miércoles...

Yelena se despertó gracias al sonido del despertador.

No se molestó en buscar a Kate a su lado porque sabía que la chica ya habría bajado a la cocina para prepararse algo de espumoso café y resolver unos cuántos crucigramas.

No era como si le gustara despertarse sola, pero era agradable saber que Kate volvía a ser ella misma. Kate volvía a ser la chica que se levantaba temprano y seguía su estructurada rutina. La chica que podía resolver un crucigrama en diez minutos y disfrutaba de la soledad. La chica que vestía ropa oscura. LA chica que se reía de sus estupideces. La chica que amaba...

Se levantó lentamente, restregándose los ojos, y corrió a darse una ducha. Se colocó de inmediato unos pantalones y la camisa amarilla del uniforme, junto con unos tenis y un lazo blanco. Intento también cubrir las grandes marcas que Kate había dejado en su cuello la noche anterior, sin mucho éxito.

"Ahora tendré que escuchar" la charla "por tercera vez, Bishop. Gracias"

La primera vez que había tenido que escucharla había sido justamente la primera noche en la que Kate se había quedado allí, cuándo sus padres descubrieron marcas descomunales en el cuello de la chica, al igual que en sus brazos... Tuvo suerte de que no pudieran ver sus piernas y su estómago, porque se habrían horrorizado. Le hablaron sobre orgasmos, sexualidad y otras cosas durante al menos una hora, hasta que estuvo lo suficientemente sonrojada y avergonzada para ellos.

La chica de la ventana | KatelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora