El Diario de Isa

×Cuatro×

Febrero 4 del año 2000
Hoy me siento feliz.
Ansiosa esperaba a que Chris llegara a cada segundo.Mi vientre hacía las mariposas revolotear y que mi corazón ni siquiera tomara aire para respirar.
Finalmente el timbre sono y el castaño estaba detrás de la puerta con una gran sonrisa.
-Adelante-dije dandole la bienvenida a mi casa y recibiendolo con dos besos en sus mejillas.
Subimos a mi cuarto sin decir una palabra. Estaba nerviosa de que el lo viera...todo era oscuro y lleno de malos recuerdos. Mis paredes estaban llenas de todo lo que yo sentía, lo cual no era muy bueno.
-¿Esta es tu habitación?-pregunto mirando en circulos.
Tome una bocanada de aire y respondí.
-Sí-dije mientras el se giraba hacia donde yo estaba y me miraba directamente a los ojos.
-Pense que eras una chica a la cual los estudios era su primera opción y tenía los padres que la amaban con toda su vida, vi en ti Isa a la chica más feliz y perfecta del mundo-dijo teniendo cuidado de cada palabra que decía.
-Las apariencias engañan Chris, te recuerdo que todo se puede fingir-dije mirándolo.
-¿Dónde están tus padres?-pregunto sentandose encima de mi cama a lo cual yo me senté a su lado.
-Están en asuntos de divorcios...Mamá tan joven y llena de vida descubrio que no podía tener hijos. Por lo cual a los 20 años decidieron adoptarme, comenzaron a convivir juntos los dos se dieron cuenta que no eran el uno para el otro, apenas podían hablar como personas normales sin gritarle el uno al otro. Lo que más me jode es que yo nunca tuve a una mamá que me acurrucara todas las noches o un padre que me dijera cuanto me queria y me besara en la frente.
Nunca quise tener toda la atención, pero alemnos desee tener alguna-dije mirando a un punto fijo.
-¿Te puedo hacer una pregunta?-dije desviando mi miarada a Chris.
-Claro-respondió.
-¿Por qué decidiste ser el amigo de la chica rara de la clase que se sienta en el último haciento para que nadie sepa de su existencia?
-Porque desde que vi, a la chica rara de la clase que se sienta en el último haciento para que nadie sepa de su existencia, sabía que eras diferente a todos los demás y odio lo común y extraordinario de siempre. Desde que te vi en el último haciento de la clase leyendo aquél libro de Literatura sabía que te ibas a convertir en una buena amiga-dijo sonriendo y mirandome.
-Tengo miedo-dije mirando nuevamente a un punto fijo.
-¿De qué?-
-De todo-giré mi cara para poder verlo.
-Ya...pero la cosa es que yo estoy aquí ahora-dijo abrazandome.
-Isa, recuerda que ser diferente es lo que nos hace únicos.
Un día alguien te dará un abrazo tan fuerte que todas tus partes rotas se uniran otra vez.