×Trece×

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Mayo 13 del año 2000
Hoy la depresión sobrepasó los límites.
La chica era bien guapa, esa de las que cuando ríe se hacen agujeros en sus mejillas, a la que cualquier ropa le queda bien, la que le gusta ayudar a todos; la chica perfecta.
Jai tiene mucha suerte en tenerla a su lado el se merece una chica así.
Podía sentir como se formaba un gran nudo en mi garganta el cuál no sabía si hablar o tragarlo, no quería que las lágrimas salieran, pero tenía ganas de llorar y gritar a los cuatro vientos.
Jai dijo que saldrían a un club me pregunto si quería ir con ellos pero simplemente no estaba de humor.

Ahora me encontraba en el pequeño baño del estudio aspirando aquel polvo blanco del cual hacía años que no me atrevía a tocar.
Salí del baño y me senté en la cama mientras tomaba la cuchilla en mi mano y veía como bailaba en mi mano,con cada movimiento me hacía sentir mejor.
Estaba con mis piernas cruzadas mientras miraba a mi alrededor reía, reía como una loca sin ningún sentido pero mientras reía sentía gruesas gotas deslizarse por mi mejilla.
No sabía si reír y parar de llorar, o simplemente soltarlo todo de una vez.
-Esta no soy yo-repetía sentada en mi cama aún riendo.
-¿Dios en que me he convertido?-mis manos ivan a mi pelo tirando de el a cada segundo.
Seguía llorando a más no poder, la sangre no paraba esta vez no me importaba parar el líquido rojo.
Gritaba, lo único que escuchaba eran mis sordos gritos.
Sentía que gritaba pero nadie me escuchaba.
Sentí un gran puertazo y mis ojos se dirigieron a el, cuando lo miré su cara estaba llena de lástima, tristeza, y rabia.
Lo único que hacía era mirarlo y reír.
Lo único que podía hacer erar reír.
Nunca supe lo rota que estaba asta que cada vez que reía tenía ganas de llorar.

El Diario de IsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora