CAPITULO 24 (CORREGIDO)

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Mirra Hills:

Desperté en lo que parecía ser un almacén abandonado, estaba sentada y amarrada a una silla. Dos hombres yacían en la puerta que supuse que daba a la salida de ese lugar.

Uno de los hombres al ver que había despertado salió por otra puerta, estaba muerta de miedo no entendía que pasaba por que estaba ahí y quienes eran ellos o que querían de mí.

Se escucharon voces cerca; el hombre que se había ido regresaba junto a otros dos, reconocí a uno y supe que esto no era nada bueno, al menos sabia a quien se le ocurrió todo esto.

Pero él no estaba en otro país.

- Valla que tenemos aquí. - se acercó tratando de tocarme la mejilla, no deje que lo hiciera lo cual le molesto. - no te recomiendo hacer eso preciosa. - trato de hacer lo mismo, pero aparte mi cara para que no me tocara.

Le molesto más que lo volviera a rechazar y me dio una bofetada fuerte, me negaba a llorar frente a ese monstruo, retuve mis lagrimas lo más que pude.

- Mas te vale colaborar Mirra. Te dije que serias mia, y siempre cumplo con mis promesas.

Se puso en pie para irse hacia la puerta por donde entro, en cuanto se fue mis lagrimas empezaron a caer.

Porque a mí. - me preguntaba varias veces, solo esperaba que no le hagan nada Bleck que estuviera bien.

A salvo de todo esto

Pasaron varias horas en los que trate de soltarme sin éxito, mis manos me dolían demasiado mis ojos estaban hinchados por llorar.

Thomas regreso junto a otro hombre que desconocía.

- Bien Mirra vas a colaborar verdad. - pregunto el psicópata con una sonrisa. Asentí como respuesta, el procedió a sacarme la cinta de mi boca, solté un pequeño grito de dolor.

- Así me gusta Mirra obediente. - me mantuve callada lo menos que quería era hacerlo enojar - bueno entonces que dices si llamamos a tu querido Bleck.

- Que... no por favor no. - dije con lágrimas en los ojos. - por favor... noo

- Te dije que te arrepentirías verdad, Mirra pues vas a hacerlo y para eso necesito a tu querido como lo llamas Gatito verdad un apodo patético como él. - espeto.

- Déjalo en paz, por favor ya me tienes a mí, déjalo a él por favor. Hare lo que me pidas pero porfavor no le hagas daño.

- Déjame pensarlo... no. - dijo mientras reia.

Tomo el teléfono en sus manos y marco, puso en altavoz lo que hablaba con Bleck.

- Bleck, bastardo.

- Quien habla. - la voz de Bleck se escuchó a través del teléfono.

- Un amigo que da la casualidad esta con tu querida novia, es muy bonita sería una pena que le pase algo malo verdad. - amenazo

- Que quieres, donde esta. - sonaba preocupado.

- No tan rápido amigo, voy a enviarte una dirección y como aparezcas con alguien despídete de ella para siempre, no avises a nadie o despídete de ella. 

- No te atrevas a tocarla.

- Eso depende de ti, has lo que te digo y ella estará bien. - se acercó hacia mi - despídete de tu amor preciosa. - puso el celular al frente mío negué con la cabeza. - ¡despídete joder! - ordeno.

- No vengas por favor déjame aquí por favor... no vengas porfavor bleck - Thomas me abofeteo.

Solte un grito por lo fuerte que fue.

- Eso te enseñara a comportarte. - acerco el teléfono a su oído - te espero bastardo. - finalizo y corto.

Yo solo rogaba que él no viniera que no lo hiciera, no quería que Thomas le hiciera daño.

Estaba completamente loco, los hombres que trabajaban para el eran muchos y la idea que podian lastimar a bleck por mi culpa hacia que deseara que no se apareciera.

EN MI OTRA VIDA |  ( Nacieron Destinados )✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora