EXTRA II (CORREGIDO)

49 11 0
                                    

Bleck Crawford:

Me encontraba viviendo unos meses con Mirra, mi madre me había regalado su apartamento.

Al principio me negué, pero ella de igual forma lo puso a mi nombre, estaba feliz de vivir con Mimi, era todo perfecto, hasta que mi madre vino de visita Mimi salió a hacer compras.

Me dijo que mi padre quería hablar conmigo, pero me negué, cuando Mimi llego y me encontró mal le conté todo.

Ella me convenció de venir a ver a mi padre, que lo escuchara.

Y aquí estaba frente a casa, Mirra no pudo venir por que estaba ayudando a Eva.

Le dije que le tenía una sorpresa después de eso, lo cual era verdad llevaba tiempo planeándolo y tenia todo listo para que sea perfecto.

Mama me abrió la puerta.

- Tu padre te espera en su despacho. – dijo – solo escúchalo, si cariño. – asentí como respuesta.

Fui hasta el despacho donde se encontraba revisando unos papeles, en cuanto me vio me pidió que me sentara.

- Bien Bleck voy a ser directo contigo. – inicio – quiero que te hagas cargo de una de las empresas.

- ¿Que?

- Lo que escuchaste, vas a estar frente de una de las empresas, pese a lo que paso sigues llevando mi apellido y legalmente eres mi hijo. 

- Es enserio, para esto querías que viniera.

- Bleck...

- Porque me sorprende – solté una risa amarga – si eso es todo me retiro tengo cosas mas importantes que hacer.

- Bleck por favor...

- No por favor nada, no eres capaz ni siquiera de disculparte, esto fue un error no debí venir, no quiero tu empresa gerald, no quiero nada tuyo solo déjame en paz. Ya tuve suficiente de esto. – no dejaría que lo hiciera otra vez, sabía lo que quería, pero esta vez no pensaba hacerlo tenía que pensar en mí y en Mirra.

Sabía que a ella no le gustaba verme triste o que me hiciera daño, y era por ella que no permitiría que lo volvieran hacer. Si aceptaba todo iba a volver a ser como antes, las humillaciones todo era algo que me hacía daño y quería estar bien por ella, por mi, por mi paz mental. Si alejarme de mi padre era una condición para que estuviera bien lo haría, tenia que pensar en mi y dejar de pensar y hacer cosas por los demás.

- Bleck te lo...

- No y es mi ultima palabra. – asegure – lo lamento por mama, pero no.

Me levanté del asiento y me dirigí hacia la puerta cruzándola.

Estaba en la sala cuando recibí una llamada de un numero desconocido, luego de un rato decidí contestar, aunque no estaba de ánimos para llamadas.

- Bleck bastardo. – hablaron en la otra línea.

Como me llamaran para molestar los mandaba a la mierda.

- Quien habla. – respondí seco.

- Un amigo que da la casualidad esta con tu querida novia, es muy bonita – Mirra - sería una pena que le pase algo malo verdad. – no ella no, mi corazón estaba latiendo muy rápido por la preocupación.

- Que quieres, donde esta. – pregunte preocupado.

- No tan rápido amigo, voy a enviarte una dirección y como aparezcas con alguien despídete de ella para siempre, no avises a nadie o despídete de ella. –

- No te atrevas a tocarla. – advertí.

- Eso depende de ti, has lo que te digo y ella estará bien, despídete de tu amor preciosa. ¡despídete joder! 

- No vengas por favor, déjame aquí por favor... -la voz de mirra sonó a través del teléfono, estaba llorando.

- Eso te enseñara a comportarte. –se escuchó nuevamente junto a lo que parecía una bofetada– te espero bastardo. – finalizo y corto.

No puede ser, donde estas, quien te tiene Mirra

Me llego la dirección de un lugar a las afueras de la cuidad, no espere y salí rápido de la casa. Mi padre salía de su despacho diciendo cosas no lo escuche y me subí el auto y empecé a manejar lo más rápido que podía.

Ya llego Mimi, tranquila ya voy por ti. – me repetia una y otra vez

En cuanto llegue vi a dos hombres junto a un tercero. Bajé rápido del auto y fui hacia ellos, vi Thomas parado en medio de ellos.

Pero el no estaba en el extranjero. –

En cuanto me vio sonrió victorioso, ese imbécil como se haya atrevido a tocar a Mirra iba a matarlo.

- Donde esta Mirra.

- Ella esta adentro, pero no te preocupes Bleck esto pronto acabara y te quitare lo que más amas a ella. – aprete mis puños a mis costados – diviértanse muchachos – dijo hacia los dos hombres que estaban ahí. – cuando terminan lo entran para que vea a su amada. 

Los dos hombres empezaron a golpearme, las primeras me esquivé y les di un par de golpes, pero no puede hacer mucho eran dos contra uno.

Me golpearon hasta que se cansaron, tenia golpes en la cara y mi ropa estaba completamente sucia.

Entraron conmigo al almacén uno a cada lado, pude ver que ahí estaba mirra amarrada en una silla, Thomas ordenó desatarla y junto a ella estaba otro más de sus hombres.

Ordeno de nuevo que me golpearan y así lo hicieron, podía ver como mirra trataba de zafarse del agarre de aquel hombre, gritaba que pararan, pero no le hacían caso, Thomas se reía a un lado de lo que estaba viendo.

Le divertía ver como ella trataba de acercarse a mí y no podía era un psicópata.

No tenía fuerzas, tenían unas ganas de dejarme llevar y cerrar los ojos.

- Últimas palabras bastado – Thomas me apuntaba con un arma.

En ese momento solo pude pensar en lo que le dije a Mirra que siempre estaría con ella, que no la dejaría sola. No podía cumplirlo por mas que quisiera quedarme a su lado sabia que iba a morir y que ella sufriría.

Lo siento tanto Mimi, siento no ser tan fuerte como para sacarte de esto. – fue lo único que podía pensar.

Y ahí lo recordé el día que le dije que la volvería a encontrar en mi otra vida y que ella me respondió que me esperaría.

Mirra aun lloraba suplicándole a Thomas que no lo hiciera.

- Esta... bien .. no llores Mimi - hable entrecortadamente por los golpes viéndola a los ojos y recordando cada momento que pase con ella y lo feliz que fui gracias a que ella llego a mi vida. No importaba si moría, todos los momentos vividos a su lado no los cambiaria aun si tuviera el mismo resultado.

Ella me enseñó a creer en mí, no tuve que fingir era libre, la ame y me amo lo que muy poca gente hace. La muerte no era un impedimento para seguir amándola. Aunque pasara años mi cuerpo y mi alma le pertenecían a ella.

- Por favor no. -le suplico a Thomas quien no se inmuto y reía sin parar.

–No llores siempre estaré contigo ¿entendido?.

- No te despidas,  por favor no lo hagas. - mas lagrimas caían de su bello rostro, sabia que era el final y por mas que quisiera quedarme no podría hacerlo. 

La miré como la primera vez que la vi con esos ojos hermosos y su actitud despreocupada, quería agradecerle por que gracias a ella conocí el amor y fui feliz.

– Te... amo. –

Esas fueron mis últimas palabras, después el disparo todo se volvió oscuridad y silencio.

Con un ultimo pensamiento. 'En otra vida, nos volveremos a encontrar', esa era mi promesa.

EN MI OTRA VIDA |  ( Nacieron Destinados )✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora