Mirra Hills:
Después de la pelea que hubo Thomas no volvió a molestarme hasta una semana después. Fui clara y le dije que no quería nada con él, cosa que no quiso entender y prometió que encontraría la manera que aceptara salir con él.
Bleck por su parte se estaba comportando extraño, trate de preguntarle, pero cada vez que lo hacía se tensaba o cambiaba de tema.
Me dirigía con Aria hacia el estacionamiento, esta al ver a Evan se puso roja como un tomate cosa que no pasaba a menudo.
- Que paso entre ustedes - pregunte deteniéndola del brazo.
- No se dé qué me hablas. - mintió olímpicamente, la mire con una ceja levantada. - deja de presionarme si... no es lo que piensas, solo... - se puso nerviosa. - bien... nos encontramos en una fiesta, una cosa llevo a la otra y terminamos besándonos, pero no va a pasar nada más, solo fue culpa del alcohol y de una noche loca.
- Si claro culpa al alcohol, solo una cosa más ¿te gusta?
- No como crees, no es mi tipo. - sabía que mentía, pero no iba a obligarla a decirme lo que sentia por ahora.
- Ya. - termine diciendo a lo que ella arrugo las cejas.
- Dónde está mi querida Mimi y mi hermosa diosa Aria. - Gian casi grito a un lado de nosotras, volteamos al unísono.
Gian venia con su típica chaqueta negra y sus aires de galán varias chicas que se encontraban cerca no despegaban la mirada de él.
- ¿Qué haces aquí? - Aria pregunto cruzando los brazos - no debería estar en, no se tu universidad. - dojl obvia.
- Debería, pero me dieron unas ganas enormes de venir a ver como estaban mis mujeres. - se acercó pasando sus manos por nuestros hombros.
- Aléjate Gian. - lo empujo suavemente - hueles a perfume de prostituta barata, venir a ver a mis mujeres si claro. - ironizo.
- Me ofendes. - puso sus manos en el pecho en forma dramática - acaso no puedo venir a verlas cuando quiera, se supone que son mis amigas. - cruzo los brazos haciendo un puchero.
- A mí no me molesta verte Gian.
- Ves Mimi si me quiere no como tú, sin corazón. - reí por lo bajo, aria me asesino con la mirada y me hice la loca.
Gian y Aria seguían discutiendo, Evan se posicionó al lado de Aria esta al percatarse de su presencia dejo de pelear, cuando Gian se percató de eso miro extrañado a Aria, giro hacia mi preguntando con su mirada que pasaba, cuando lo entendió miro hacia la rubia con picardía a lo cual ella solo volteo los ojos.
- Gian. - saludo Bleck posicionándose al lado de Evan.
- Hombre gato. - Gian le devolvió el saludo - no te veía desde la cafetería, estuviste ocupado con Mimi. - dijo mirandome, me sonroje al instante.
- Algo así. - se encogió de hombros mirándome - de hecho, tengo que robársela un rato. - lo mire confundida.
- Donde la llevaras... - Gian sonrió jugando con sus cejas.
- Pero que pesado te pones, por dios déjalos ser; eres peor que una casamentera enserio. - Aria hablo por primera vez desde que Evan llego.
- Una ¿Qué de qué? Qué demonios eso - pregunto confundido -
- Una casamentera idiota las que... sabes que no importa no lo entenderías. - negó con la cabeza - deja de comportarte como el hermano celoso no te sale Gin... - traro de molestarlo.
- ¡Claro que sí! - se defendió - a que si Mimi. - busco mi ayuda a lo cual yo solo asentí con ironía.
- Ves ella me adora - Aria volvió a voltear los ojos. - solo por eso hombre gato puedes llevarla a donde sea, solo no me hagan tío si soy muy joven para criaturas y tambien para cambiar pañales.
- ¡Gian! - casi grite, mis mejillas debían parecer un tomate por lo rojo que estaban.
- Que, puede pasar... yo solo digo. - dijo inocentemente.
- Deja de ser entrometido Gian. - intervino Aria - y ustedes - nos señaló - ya váyanse antes de que Gian empiece a contar como se hacen los bebes, es capaz de hacerlo - y si lo era, cuando comenzaba a hablar no había nadie que lo parara.
ESTÁS LEYENDO
EN MI OTRA VIDA | ( Nacieron Destinados )✔️
Ficção AdolescenteLa vida suele poner a las personas correctas en tu vida, aveces no en el mejor momento pero existe de verdad el momento perfecto. Mirra no lo creia asi hasta que Bleck aparecio en su vida a cambiarlo todo. Mas no cambiar su destino que ya estaba esc...