Estaba durmiendo tan bien... Entre los brazos de Rubén me sentía protegida, nada podía hacerme daño, abrí mis ojos de una vez por todas y lo miré, el estaba dormido... Suspiré y me acurruqué en sus brazos, entonces lo escuché bufar, se estaba despertando, el bostezó y me miró-
Mati: Buenos días... -Dije tímida-
Rubius: Buenos días. -El sonrió- ¿Que hora es?
Mati: No lo se... No lo he mirado. -El iba a coger el móvil para mirar la hora pero no lo dejé- No dejes de abrazarme... Por favor... -El sonrió y se colocó igual que antes-
Rubius: ¿Estas bien?
Mati: Sí, pero es que no estoy acostumbrada a qué me den cariño... Y me gusta mucho... -El suspiró y me dio un beso en la frente-
Rubius: ¿No te han dado mucho cariño?
Mati: Pues no... Mis padres siempre están liados, mi hermana pasa de todo ya lo sabes, y amigos... Pues nunca han sido buenos los que he tenido, nadie me a dado amor nunca... Y cuando estoy contigo estoy agusto, por eso no quiero separarme... -Rubius puso mi cabeza en su pecho y puso su mano en mi cabeza, enredada en mi pelo, entonces me acariciaba muy lentamente-
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Rubius: No te preocupes, que no te va a faltar mas amor... Te lo prometo. -Reí-
Mati: No estas obligado a hacerme cariñitos...
Rubius: Lo se, lo hago porque quiero. -Lo miré y sonreí-
Mati: Eres el mejor...
Rubius: ¿Tu crees? -Asentí- Exagerada. -Reímos- Venga, hay que levantarse.
Mati: No quiero... -Me puse encima suyo y lo abracé-
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Rubius: Mati... Tenemos que levantar a María y prepararla para cuando venga Willy. -Bufé y lo miré de frente, nuestras caras estaban cerca, pero tampoco tanto-
