Cartas al tiempo

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Futuro, presente o pasado.

Todas las vidas que habíamos vivido seguían siendo igual de hermosas.

Sabía que sin importar en que tiempo estuviéramos siempre despertaría con tu mirada, siempre despertaría con tu cuerpo abrazado al mío y oyendo tu delicada respiración.

Estábamos condenados.

Condenados a vivir tantas vidas juntos y...

Éramos felices, lo prometo.

Sentía que podía mirar las estrellas a través de tus ojos, tocar el cielo con las manos cuando besabas mis labios y estar en el infierno cuando nuestros cuerpos se fundían.

Los dos estábamos locos, pero locos de amor.

Por cada poro nos salía el amor por el otro, cada minuto de nuestra existencia era para el otro.

A donde tu ibas yo te seguía. Me sentía inservible si ti a mi lado.

Sentía que me asfixiaba sin tu presencia.

Nuestro amor era de esos únicos, de esos que les daban fe a los condenados y les decía que todo iba a mejorar.

Durante todas nuestras vidas solo tuvimos a un pequeño y lo amamos, lo amamos tanto, en él estaba reflejado todo el amor que nos teníamos.

Se parecía a ti y a mí en ese entonces.

Era perfecto al igual que tú.

Erick lo llamamos.

Nuestro príncipe eterno.

Solías decirle que sin importar en que vida nos encontráramos lo ibas a amar con todas tus fuerzas, era un niño afortunado.

Recuerdo nuestras primeras veces juntos.

Nuestra primera navidad juntos como familia, su primer cumpleaños, su primera vez en natación.

Recuerdo la bella sonrisa que me dedicabas cuando decía cosas tontas solo para hacerte reír.

La preocupación en tu rostro cuando le enseñamos a Erick a esquiar.

Como lo cargabas en tus hombros cuando tenía dos añitos.

Ver como crecía poco a poco.

Ver como nuestro amor era guiado por la llama eterna de la vida.

Prometo que te amé y que te sigo amando con la misma intensidad, en esta vida y en las otras futuras o pasadas te seguiré amando sin importar que.

Ningún oponente ni obstáculo podrá hacer que deje de amarte.


Sé que esta chiquito, pero deben apreciarlo porque es lo más dulce y tierno que saldrá de mi este mes.

Con esto me pase de mi dosis de azúcar diaria.

No sabemos por quién está narrado así que nos quedamos con la duda.

Tiene DueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora