Antes que nada, se supone que tengo que decir esto: hay escenas +18. Bueno no sé si lo que escribí se pueda catalogar de ese modo, el caso es que pasan cosas.
Elizabeth
Estaba excitada y acorralada.
- Respóndeme ¿quieres que te calle? – susurra contra mi cuello.
- Solo déjame demostrarte lo bien que se puede estar a mi lado – pidió y no fui capaz de responder. Estaban tan excitada y estaba segura que él podía olerme.
Deslizo una de sus manos hasta el final de mi vestido y metió la mano bajo la tela acariciando mi muslo dolorosamente lento.
El puto infierno.
Lleve mis manos a mi espalda e intente bajar la cremallera del vestido. Me urgía que me tocara, pero por desgracia del destino no alcanzaba.
- Calma pequeña – dijo con vos ronca y llevo sus manos a la cremallera. El vestido se deslizo hasta mis tobillos dejándome en ropa interior frente a su mirada deseosa.
Maldijo al ver mi ropa interior. Bragas rojas y sujetador negro.
Me avergoncé un poco por mi ropa interior. Pero no le importo.
- Déjame mostrarte lo bien que encajan nuestros cuerpos – llevo sus manos a mi estómago mientras fuertes temblores recorrían mi cuerpo.
La invitación fue clara.
Sus caricias me hicieron cerrar mis ojos y en mi interior se libraba una gran batalla. Quería esto, lo había deseado por mucho tiempo, pero no quería quemarme en mi propio juego.
Al ver que no decía nada llevo sus manos finalmente a mis pechos y los acaricio atreves del sujetador. Un sonoro gemido broto de mis labios. Estaba malditamente feliz de que esto por fin pasara. Me beso con deseo y salvajismo, acto que solo logro encendernos más.
Llevó sus manos al broche y quito el fastidioso sujetador, lo único que me impedía sentir su caricia directamente.
- ¿Quieres que me detenga? – No joder, no. Solo tócame, intente decir, pero de mi boca solo salían jadeos y gemidos.
Negué.
- Por favor... – suplique.
- ¿Quieres que te toque? – asentí con ímpetu – dilo -
- Solo tócame joder – solté harta de esta tortura.
Obedientemente empezó a acariciar ambos senos con fervor. Tomo mis pezones entre sus dedos índice y pulgar y los apretó.
- ¡Ah! – las caricias aumentaron de nivel y la rudeza de sus movimientos me tenían al bordo del colapso. Disfrutaba la manera como estrujaba mis pechos.
Si esta era su manera de callarme lo haría enojar más seguido.
Así me gustaba, rudo.
Beso mi cuello sin dejar de brindarle atención a mis pechos.
- ¡Mas!... – jadee.
Bajo una de sus manos hasta el bordillo de mis bragas, temblé.
Las engancho entre sus dedos y tiro rompiéndolas. Gemí ante el ardor que causo en mi zona. Le habría reclamado de no ser porque había empezado a acariciar ahí. Justo donde lo necesitaba.
Llego a mi sexo y empezó a acariciar el puntito lleno de nervios. acto reflejo intente cerrar mis piernas. No sirvió de nada.
- Estas muy mojadita –
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Tiene Dueño
FantasyQue cruel destino, sin duda alguna no sabia lo que tendría que llegar a pasar. Ethan Miller emana sensualidad y dominio pero para ella su nombre solo significa una cosa: Dolor. Vivir con el recuerdo de que le hiciste daño a alguien que por instinto...