Uzumaki Boruto, no puede superar la muerte de su mejor amiga. Harto de que todos crean que fue un accidente, decide convertirse en un Criminalista para probar lo contrario. Pero por cuestiones de la vida, retorna a esa ciudad donde los recuerdos lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sarada hizo lo posible para poder seguir a su tía, quien no dejaba de tomar cosas como si la billetera de Inojin no tuviese fondo.
—Esto igual —se volteó para dárselo a Sarada, pero ella apenas y se podía ver entre tantas cosas.
—Una caja más y todo se me caerá —se quejó—, debimos tomar un carrito.
—¡Lo siento! Es que no pensé que fuese tanto, se supone que solo vinimos por leche y cereal y...
—Terminamos comprando para el mes, bueno, yo diría dos —tomó la caja de cereal que le cubría la cara y la hizo a un lado—, ¿ya nos vamos?
—Bueno, después vendremos de nuevo —tomó unas cosas y se dirigieron a la caja—además, estamos a dos días de navidad, el super mercado quedará vacío.
—¿Hacen algo en especial ustedes?
—La cena en familia por supuesto, ¿Karin te llevaba a cenar o algo así?
Sarada se guardó el "NO" de forma dolorosa, ojalá hubiese sido así, pero la verdad es que su navidad era como un día normal, ni siquiera la cena era especial, ni siquiera su madre estaba a veces. Se había acostumbrado a ver los días especiales como normales y, lo peor, es que sus días normales significaban tardes solas mirando el televisor, quizá por eso lo hacia tanto, para observar la vida de los demás y no sentir pena por sí misma.
—Sí —respondió con una sonrisa falsa.
Después de pasar a la caja, intentó recoger las cosas de nuevo en lo que Hima pagaba, hizo malabares para no dejar caer las cosas, pero logró sostener todo y dejar un espacio para ver. Era la ultima vez que la acompañaría, definitivamente.
Hima encendió la radio del auto y Sarada intentó prestar atención, pero su mente se encontraba volando en otros lugares como le sucedía últimamente, en lugares muy profundos en los cuales descubría pensamientos que jamás imaginó. Ir con Mitsuki todas las tardes, le había ayudado mucho a desenvolver sus sentimientos.
No era bueno aferrarse a una imagen que su madre le había inculcado, ella quería ser diferente, deseaba descubrir quien era realmente y esta era su oportunidad. Sin embargo, sentía que avanzaba más rápido teniendo a Boruto mas cerca, pero desde la última vez...
«¿Por qué diablos pensé eso?» se recriminó.
El solo recordarlo le causaba emociones que le daban más que vergüenza, no... ¡la vergüenza se quedaba corta! Se estaba pasando, lo más probable es que Boruto la vea como una niñita y ella fantaseando con él. Se negaba una y otra vez a aceptar que lo veía de una manera tan... ¡insana! Solo llevaba de conocerlo unos meses, ¿Qué demonios tenía él? Siempre supo controlar sus emociones, era lo único bueno de pasar mucho tiempo sola, pero ahora, los frustraba bastante tener actitudes que nunca creyó al tenerlo cerca. «Me estoy volviendo loca. Ahora no podré mirarlo a la cara».
