extra 1: tu calidez sabe a canela.

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-Te amo.

Frunció el ceño, apagó el cigarro.

-Gary ¿qué mierda?

Su corazón estaba acelerado, Ash no podía evitar sentirse emocionado.

-Tenía que decirlo, no puedo dejar de pensar en ti, nunca he podido dejar de hacerlo.

Ash se sentía igual.

En su mente tiene el vivido recuerdo de aquella tarde, en la que sin pensarlo demasiado estaban demasiado cerca y los labios contrarios parecían encajar tan bien con los suyos.

Y eso se convirtió en un juego maquiavélico donde ninguno de los dos dejaba de buscar al otro. Estar juntos era como tocar el fuego.

Quizás por eso huyó tanto tiempo.

Querido cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora