Querido cliché.

paletas de limón.

La noche se ha cubierto de colores nostálgicos que logran confundirlo y en el amanecer se acentúan.

Recibe una respuesta y logro tranquilizarlo.

—¿Te deje mucho tiempo esperando? Ha sido una noche laboriosa, apenas he podido contestar.

—Sabes que no siempre tienes que hacerlo —ella debe estar cansada, su voz suena animada y puede imaginarla frente a él, jalando la manga de su camiseta y jugando con un mechón de cabello—, entiendo que debes estar agotada, quería saber cómo estabas pero vaya que ha sido un mal momento, seré mas cuidadoso ahora y evitare llamarte en horas laborales, no quisiera interrumpirte.

Y sin embargo, ella sigue ahí para él, Ash valora mucho eso, Lillie es alguien muy importante en su vida, trata de ser reciproco con lo que se le es brindado.

—No lo haces, bueno, quizás no sea ideal cuando estoy en el hospital pero no quisiera que dejes de llamarme.

Ash suspira, siente el cansancio tomar su cuerpo, estira los brazos y acomoda su almohada.

—¿Ha ocurrido algo? De todos modos nunca sueles llamarme cuando estoy de turno.

Como explicarlo, Lillie debe saber, si él logra formular bien sus dudas obtendrá lo que quiere, no quiere sonar presuntuoso, solo quiere una afirmación, porque la chica que duerme justo ahora en su habitación es demasiado buena y parece que está enamorada de él.

Esta noche Serena ha estado demasiado cerca, cuando tomo su mano y lo miró algo le llamo la atención.

Ash es distraído, pero no puede ignorar las coincidencias, ha sido suficiente,

—Oye Lillie, sabes he notado algo extraña a Serena ella actúa como si...

No sabe cómo completar la oración, las palabras liberadas al aire logran ser interpretadas por su oyente.

—¿Por fin lo has notado? Creí que eras tan denso que nunca lo harías.

La risilla risueña de Lillie le parece lejana.

—¿Es muy obvio?

Este apenado, dejo mucho tiempo ir esta situación, debió ser directo, es un cobarde.

—No me corresponde decirte más, deberías escuchar lo que ella ha intentado mostrarte.

Lo sabe y sabe que es un estúpido.

Seguro ha herido a su amiga en más de una ocasión por hacerse el desentendido, por no saber qué hacer, se explica a si mismo que no fue tan lejos ya que no creía que Serena sintiera eso por él.

No hasta ahora que lo aceptado y que no sabe qué responder

No ha sabido que hacer desde aquel día, en el que los colores era tan confusos como los de esta noche, con la cualidad de que eran más alegres e inocentes.

¿Cómo explicarlo? Ella le da una razón para quedarse pero él no quiere seguir aquí, no realmente.

Lo ha evitado sabiendo que no puede brindarle todo lo que ella desea.

Ash se considera egoísta pero no quiere lastimarla.

Su piel tiene registrada la sensación de la calidez de ella, un sentimiento tanto invasor como culposo.

Hay otra excepción que acompaña su culpa, que lo confunde, lo hace querer actuar precipitadamente y que ha decidido pausarla.

De verdad necesita ordenar sus pensamientos.

Charla un poco más con Lillie, su voz le ayuda a mantener los pies en la tierra, le preocupa meterla en problemas así que no aplaza la llamada.

Su llamada ha sido en un momento inapropiado, espera recompensarle el momento a Lillie, quiere pasar un rato con ella, sería agradable, revisa las fotos de su celular topándose con una que se han tomado con Serena y Gladion en la salida del cinema, apaga el aparato, mentaliza.

Los colores a través de la ventana comienzan a ser de un envolvente naranjo.

Al despertar ahora son de un amarillento opaco que desaparece tras ser cubierto por las nubes.

Ash no es un cocinero excepcional, es casi mediodía y es domingo, decide salir a comprar algo; al regresar Serena está en el sofá, usa un suéter de él, está abrazando sus piernas y jalando las mangas para que cubran sus muñecas.

—Buenos días, ¿dormiste bien Serena?

Ella le sonríe e imita el saludo. Juntos acomodaran la mesa y verán en que aprovecharan el día.

Están en un situación mecánica.

Serena esta mas alegre que anoche pero hay algo que no convence a Ash.

Debe haber algo que pueda hacer para cambiar eso.

Ash decide prender su celular para checar sus mensajes, entonces  lo que había dejado vuelve.

La notificación en la pantalla logra hacerlo sonreír, cuando guarda el celular mira a la chica frente a suyo.

Necesita definir lo que él siente pero primero debe buscar como apaciguar lo que aborda la mente de ella.

O ser racional y escoger en que ordena hará las cosas.

Su mente está revuelta y busca incansable una solución.

Pero es que últimamente ni él se entiende.

Sabe que debe decidirse y decirle a ella que es lo que siente.

Gladion no es fluido en mostrar algo tan complejo pero cree que puede lograrlo.

La ha apoyado todo este tiempo ignorando lo que el siente, quizás si sea justo que ella conozca lo que en su corazón habita.

Gladion no puede competir con la ambigüedad de la relación que hay entre Ash y Serena, lo comprende.

Más no quiere desistir.

Ha llegado el momento de  encontrar la manera de decirle a ella que la quiere.

Frente a ellos el cielo puede ser un óleo nítido.