El Diario el Profeta, 7 de diciembre
El mortífago Jugson fue entregado muerto y congelado en la casa de la reportera estrella Rita Skeeter por el Expreso de Comestibles Muggle.
- No sé por qué me atacan así, dice Skeeter conmocionada, después de que el segundo mortífago apareciera muerto literalmente delante de sus narices, metido en una caja que el chófer del reparto muggle creía que contenía bacalao congelado. - Estos son perfiles de alto rango en la comunidad de mortífagos también, y sólo puedo preguntarme si alguien quiere un tipo especial de publicidad. Parece sospechoso, y creo que esto es obra del Ministerio, que trata de maximizar las relaciones públicas después de haber matado ilegalmente a los mortífagos sin juicio.
- Qué tontería más absurda, resopla la portavoz del Ministerio, Marigold Lebennon. - Nos habríamos alegrado públicamente si hubiésemos capturado a un criminal de guerra, no si hubiésemos iniciado un plan para entregarlo muerto a un reportero. Todos los criminales de guerra serán juzgados, y si los aurores hubieran matado a alguien en acción, también informaríamos al público de ello. El Ministerio no tiene nada que ocultar.
Los detalles eran horripilantes, pero aun así el Profeta publicó alegremente el hecho de que el hombre parecía haber sido asfixiado por su propia polla cortada, con una imagen de su rostro congelado, con la boca abierta alrededor de algo parecido a una salchicha ensangrentada. Hermione se tragó la bilis, mientras se obligaba a masticar lentamente su tostada seca. A su alrededor, oyó a los alumnos y a los profesores hacer arcadas. ¿Qué le pasaba al Profeta? ¿Acaso el editor no entendía que a nadie le gustaría ver esas imágenes?
Una alumna de primer año de Hufflepuff vomitó sobre su desayuno y Pomona Sprout se apresuró a ocuparse de ella, resoplando por la idiotez de la prensa. Mirando a Snape, Hermione vio que miraba la foto con algo que sólo podía describir como satisfacción.
"Tú también lo conociste", dijo en voz baja, y él levantó la vista hacia ella. De repente, sus mejillas cetrinas se sonrojaron y volvió a bajar la mirada hacia el papel, como si él también estuviera pensando en su... encuentro... de la noche anterior.
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FanfictionMiró a sus compañeros, diciéndose en voz baja: "Nunca me he sentido joven". Entonces sus ojos afilados se centraron en ella, e hizo una mueca. "Usted, señorita Granger, es evidente que todavÃa es muy joven. ¿No le han dicho sus padres que es de mala...