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6 meses habían pasado desde que el menor se mudó a casa del rubio, hoy era el cumpleaños de Ni-ki, pero debía de ir a trabajar, por lo que Sunoo aprovechó el tiempo .

- el menor estaba en el supermercado eligiendo los ingredientes para preparar su pastel - Ok, si le gusta mucho el café, entonces será un pastel de café - sonrió y terminó de hacer sus compras, salió del supermercado y fue hasta una tienda de regalos, compró papel para envolver y luego fue hacia la librería, compró unos libros que el rubio anhelaba leer, luego fue hasta la cafetería en donde se conocieron, entró y de inmediato le trajeron recuerdos, fue hasta la caja y pidió dos cafés para llevar, uno para el y otro para el rubio. Finalmente llegó a casa exhausto y fue hacia la cocina, comenzó a buscar una receta para preparar un pastel de café y comenzó a prepararlo - Listo, ya está metido en el horno.

Mientras se preparaba el pastel, fue por el libro y el papel para envolver, comenzó a envolverlo y luego puso una notita, después siguió con los otros 2 libros más y luego fue a ver como estaba su pastel y después lo sacó, lo dejó enfriar un poco y empezó a decorarlo.

- Quedó muy lindo - soltó una risita y luego se fue al cuarto, comenzó a escribir en un papel una cartita, la dobló y la puso en un sobre, después se fue a la sala a tomar su café y terminó quedándose dormido. Al cabo de unas horas, se encontró con una manta y una almohada, cuando aclaró su vista, vio al rubio en la cocina, rápidamente se levantó y fue a recibirlo - Ni-ki... Iba a dártelo en persona, pero me quedé dormido - bajo su vista preocupando al rubio - Yo... en verdad quería recibirte en la entrada con tu pastel.

- Cachorrito - dijo con voz suave - Lo que me importa a mí es disfrutarlo contigo, no te preocupes - besó su coronilla y le acarició el cabello - Aún no lo he probado, estaba esperando a que te levantaras. Anda, siéntate - ambos se sentaron y Ni-ki dio el primer bocado, sus ojos se abrieron a la par -Wow, esta muy bueno.

- Enserio?

- Si, esta muy rico.

- Me alegra que mi intento no haya salido tan mal.

- Estoy muy orgulloso de ti amor, gracias por darme este regalo.

- Quería imprecisonarte. Por cierto, tengo algo para ti - el menor subió al cuarto y recogió los regalos, bajó de nuevo y se fue hacia el rubio, entregó los regalos y se sentó - Ábrelos.

- el rubio abrió con sumo cuidado el papel, pues lo quería conservar, y al ver su interior no pudo contener su felicidad, nunca se había sentido tan feliz en su vida - D- de verdad!? Son los libros que tanto quise!

- Feliz cumpleaños amor.

- cargó al menor y lo beso varias beses sobre su rostro mientras decía - Te amo demasiado bebé, me haces muy feliz, prometo amarte el resto de mi vida - dijo feliz haciendo reír al menor.

- Yo también te quiero mucho - ambos se abrazaron y el resto de la tarde disfrutaron.

Al caer la noche, Sunoo había salido de bañarse, al notar que el rubio estaba sentado y con la cabeza hacia abajo, se decidió sentar a su lado.

- Que tienes amor?

- No es nada cachorrito, solo estoy algo preocupado.

- De qué?

- Bueno, no te lo eh contado, pero tengo dos mejores amigos y ellos son los únicos que eh tenido en mi vida, llevo meses ocultandoles que estamos saliendo, y me preguntaba si quisieras conocerlos algún día.

- Claro, quiero conocerlos, aunque no tendrías por qué ocultarles que estamos saliendo.

- Lo hago por que me quiero ahorrar sus preguntas o reacciones exageradas.

- Bueno, mientras no pregunten detalles, por mi esta bien, pero no te preocupes, yo estaré contigo - acarició su gran espalda y fue atraído hacia el pecho del mayor, quedando encima de este.

- Te he dicho cuanto te amo?

- Demasiadas veces - soltó una risita.

- Te amo demasiado bebé, enserio te amo - abrazó al menor y este correspondió al abrazo - Estoy muy enamorado de ti cariño - el menor acercó sus labios hacia los del rubio y se dieron un suave beso, el mayor se aferró más al cuerpo de Sunoo y lo sostuvo por la cintura.

- Me haces muy feliz amor.

- Tu también me haces muy feliz - besó su frente y dio suaves masajes en sus hombros, para luego quedar dormidos.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora