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El quinto mes llegó muy rápido, Sunoo estaba preparando el desayuno, mientras que Ni-ki seguía durmiendo, cuando terminó, acomodó la mesa y puso la comida en estos, subió arriba y entró a su habitación.

- se sentó a un lado y acaricio el bulto que sobresalía de las mantas, el rubio despertó haciéndolo asustar - Ni-ki, no vuelvas a asustarme así, cada que te levanto me asustas.

- Perdón cachorrito, pero es por protección.

- Lo sé, pero trata de no asustarme - el rubio asintió - Dormiste bien?

- Si, dormí bien - su estómago comenzó a rugir - Creo que tenemos hambre.

- Vamos entonces.

- el rubio se dispuso a levantarse, pero no pudo - Rayos, ya ni levantarme puedo, me ayudas? - el menor lo ayudó - Esto es vergonzoso.

- No tiene por qué darte vergüenza, nuestro bebé ya está creciendo más, vamos - bajaron a la cocina y se sentaron, el rubio comenzó a comer a penas vio la comida.

- Esto está muy bueno, creo que pronto competiremos por ver quién cocina mejor.

- Gracias - tomó un sorbo a su café - Hoy es el chequeo no?

- el rubio asintió mientras tomaba su jugo de naranja - Le pedí a Jake y Sunghoon que nos acompañaran, espero que Sunghoon no llore esta vez.

- Esperemos que no - ambos rieron y terminaron de comer, se prepararon para salir y en unos 15 minutos ya se encontraban en el consultorio, mientras que Jake y Sunghoon estaban esperando en la sala de espera.

- Buenos días chicos - ambos contestaron con un saludo y se sentaron - Cómo han ido estos meses Ni-ki?

- Bastante bien, solamente que tengo dos quejas.

- Cuáles exactamente? - recargo sus brazos en la mesa dispuesto a escucharlo.

- Uno, me hace comer de más y eso me molesta, y dos, esta creciendo más de lo normal, lo que hace que muchas de mis prendas no me queden y es imposible encontrar alguna de mi gusto.

- Qué tipo de prendas utilizas?

- En su mayoría trajes y ropa ajustada.

- De ahora hasta lo que resta del embarazo terminarás utilizando ropa de maternidad, o ropa de una talla más grande - el rubio asintió un poco molesto - Bien Ni-ki, recuestate en la camilla y alza tu camisa por favor - el rubio hizo lo que se le solicitó y el doctor Hee puso un gel frío en su abdomen, comenzó a inspeccionarlo con un aparato y pudo visualizar bien al bebé a través de la pantalla - Este es el pequeño, es un poco grande y tiene un peso saludable, todo está en orden, nada de que preocuparse, y bueno, supongo que quieren saber que es.

- ambos asintieron -

- el doctor sonrió - Tendrán un precioso niño - ambos se miraron, una sonrisa se dibujó en el rostro del menor y luego el doctor les dio un pedazo de papel para limpiar el exceso - En este mes empezarás a notar sus movimientos, estarás más cansado incluso si solo caminas unos pasos, toma tus vitaminas de siempre y nos vemos el próximo mes, adiós - despidió a la pareja y cuando salieron, Jake y Sunghoon se levantaron.

- Cómo les fue? - habló el pelinegro.

- Bien, nos dijeron que iba a hacer un niño.

- ¡Te lo dije! - dijo victorioso al castaño - Yo sabía que iba a ser un niño, págame - extendió su mano esperando recibir su dinero.

- Rayos, debí suponerlo mejor - de mala gana le dio lo acordado a su esposo - Ustedes que pensaron que iba a ser?

- Yo quería a una niña, pero no me quejo - dijo Sunoo.

- Yo sabía que iba a ser un niño, siempre lo supe.

- A veces me das miedo - contestó Jake - Bueno, hay que irnos, quieren ir a caminar?

- Claro - dijeron todos. Salieron del hospital y caminaron hacia un parque, cuando llegaron, todos se pusieron a jugar con los columpios menos Ni-ki, luego de eso, comenzaron a caminar.

- Podemos parar? Me siento cansado - se quejó el rubio y todos se sentaron en las bancas. El rubio se sentó y suspiró cansado, su espalda comenzaba a doler.

- Te sientes mejor? - dijo Sunoo.

- Un poco, me duele la espalda.

- En casa te daré un masaje - sonrió y siguieron caminando, al caer la tarde, ambas parejas se despidieron, Ni-ki y Sunoo se fueron a unas tiendas de maternidad para comprar algunas prendas.

- una señora se acercó a ellos - Cuántos meses tiene tu novia? - preguntó al rubio mientras este buscaba unas prendas de su agrado.

- Yo soy el embarazado señora - contestó sin mirarla.

- Deje de bromear y dígame - el rubio la miró serio - No me diga que usted esta... Eso no puede ser, ese niño se va a morir ahí, ni útero tiene - el más alto se enfureció.

- Usted no es nadie para decir eso de mí familia, mucho menos de mí hijo, acaso no se a puesto a pensar que quizás él suyo también esté en riesgo? Mi embarazo es el mismo que el de usted, ambos podemos sufrir algún problema con esto - el menor recién había llegado con algunas otras prendas para mostrárselas y pudo alcanzar a oír la discusión.

- Qué pasa amor? - preguntó al rubio.

- Vámonos cariño, perdemos tiempo con esta señora - se retiró y la femina habló.

- Los jóvenes de ahora solo son gays, ya no hay respeto por nuestro señor, se irán al infierno - el rubio al escuchar eso volvió hacia su lugar inicial con la sangre hirviendo del enojo, el menor lo trató de detener.

- Ni siquiera respeta a los demás y se hace llamar inocente, ya es un mundo diferente, además usted ya vivió lo suyo, o acaso le da envidia que muchos de esos jóvenes sean felices y usted no - la femina quedó callada y algunas personas que escucharon todo aplaudieron al rubio, no era la primera vez que esa señora venía solo para insultar a las parejas, la terminaron corriendo y la pareja pudo seguir.

- Estas bien cariño? - preguntó Sunoo al rubio.

- Estoy bien, no te preocupes.

- Sólo trata de no enojarte mucho, sabes que es un poco riesgoso eso.

- Lo sé, pero insultó a mí familia, no podía quedarme callado, pero al menos tuvo su lección.

- Me enorgulleces tanto - dio un beso en sus labios.

- Espera... - el mayor se quedó quieto por unos segundos.

- Qué pasa?

- E- el bebé... El bebé se está moviendo...

- En serio?!

- Si, toca - tomó su mano y la llevó a su vientre.

- No puedo creerlo, se está moviendo - se agachó a la altura de su abdomen y lo comenzó a besar - Mi niño, viste lo que hizo tu padre? Nos defendió, estas orgulloso? - recibió una patadita - Eso demuestra que nos quiere mucho, prometemos que siempre te protegeremos sin importar que - volvió a dar un beso.

- Se siente extraño cuando se mueve, me tardaré en acostumbrar a sus movientos.

Ambos sonrieron y se fueron a casa.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora