Conmigo

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Nadie a quien dedicarle canciones
que probablemente no escuchará.
O por quien ver la luna por horas
ni pedirle deseos a las
estrellas fugaces,
sin obtener resultados.
O siquiera a quien escribirle
una carta que a lo mejor
terminará en un húmedo
rincón obscuro.

Nadie en quien pensar
cuando llega la noche o al despertar.
Sin angustia,
ni alas rotas de mariposas.

Nadie a quien soñar,
ni unos ojos por los cuales suspirar.
Sin un rostro por el cual
tendré que preocuparme por olvidar.

Sí hay mucho amor,
mas no hay romanticismo
pero tampoco existe el desamor.

Las mariposas están en reposo,
tranquilas sin esperar
el sonido de una voz. 

El segundero avanza sin prisa,
sin lentitud, avanza a mi paso. 

Nada ni nadie acelera
el pulso cardíaco o lo detiene,
el corazón se encuentra tomando
un merecido descanso. 

En las libretas nada de corazones,
mucho menos iniciales
se hacen presentes
en ningún tipo de color.

No se habla de traiciones.

Ni un vacío se percibe aunque
tampoco se nota
un ambiente asfixiante.

Nada, ni una lágrima de desaliento
o tristeza por alguien en específico.

Sin insomnios.
Sin falsos sueños
o expectativas irreales.

Nadie que derrame dolor
a mi alrededor.

Hay más de todo y menos de nada,
hay mucho de hoy
y una falta total de ayer y de mañana.

Y es adictivo, respirar sin esperar,
avanzar sin esperar,
quedarse sin esperar,
hacer o dejar de hacer sin esperar,
esperar sin esperar a alguien.
Estar con todo o todos.
Estar y permanecer conmigo.

Palabras Que Nunca Dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora