Tengo los pies chuecos y, a menudo, no coordinan
los pasos que dan,
van y andan por donde les da la gana.Tropiezan con todo
lo que en su camino se atraviesa.
Por ejemplo,
cuando me hicieron tambalear
ante tu mirada
o la vez que se lanzaron
a trompicones directo a tus labios
sin pena por todos los mirones
a los lados.
¿Te cuento un secreto?
De eso yo los aconsejé;
no me arrepiento.
Y ni hablar de cómo apropósito
cedieron ante tu encanto
y me aventaron de bruces
a tus gentiles manos.
Y bien me acuerdo de la ocasión
que me hicieron estamparme
en tus brazos, en tus abrazos.Algo me dice que no están
tan chuecos, más bien se hacen
los ingenuos.
Simplemente, me querían contigo.
No los puedo culpar,
así son ellos, testarudos, "chuecos"...
Pero sabían qué querían:
llegar hasta ti.
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Palabras Que Nunca Dije
PoezjaEsto que leerás es, únicamente, toda una serie de PALABRAS QUE NUNCA DIJE...