Sin buscarte, te ubiqué
en el mismo punto del mapa
en donde yo me hallaba.
Sin pedir nada a cambio,
tú me diste todo. Con tu sola respiración, yo también vivía. La música que llevabas dentro me revivía.
El sol brillaba sobre nuestras cabezas, incluso a plena noche. Y la luna se posaba frente al astro rey, porque quería presenciarnos.
Entre las constelaciones se contaban leyendas de lo que nuestra unión traería a su porvenir; que nosotros somos como cometas esporádicos; no ven tal amor, al menos y con suerte, cada milenio.
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Palabras Que Nunca Dije
PoesíaEsto que leerás es, únicamente, toda una serie de PALABRAS QUE NUNCA DIJE...