Día 6: Confesión

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Hoy era el gran día, aquél día que tanto habían estado esperando. Todo el esfuerzo y toda la planeación que había sido realizada por aquél pequeño grupo estaba por rendir frutos, ya que hoy por fin se daría, por fin sería el momento en el que Samekichi iba a declararse a su amiga de la infancia.

Todo había sido acordado, fue algo que les llevó más de una semana planear y practicar, ya que claramente, aquél tiburón iba a ser incapaz de hacerlo sin un mínimo de práctica, era demasiado tsundere y seguramente terminaría muriendo en el intento. Se habían unido incluso más personas de las que uno podría pensar.

Llegó a oídos de muchos, incluso de gente externa a la escuela. Fue una sorpresa para muchos que incluso los padres y tutores hayan estado de acuerdo en ayudar. Todo iba según lo planeado, ahora sólo quedaba a la espera de la respuesta, una clara respuesta que el público seguramente ya espera...

[...]

Eran las 08:30 PM, y aquella chica de trenzas marrones estaba sentada junto a su padre con ropa algo abrigada. Conducían bastante noche por una carretera relativamente desconocida para ella. No iba a negarlo, estaba algo cansada, pero su padre la había invitado a cenar a un lugar nuevo y no podía negarse, Tatsumiya los estaba esperando... O al menos eso se suponía.

Debido a un pequeño "fallo" en el motor del auto, se vieron en la necesidad de detenerse. Wadanohara miró al mayor con duda. ─Papá... ¿Qué sucedió? ¿Por qué el auto se detuvo?─ La respuesta era clara, pero no quería pensar que se habían quedado varados en medio de la noche en un lugar desconocido para ella.

Meikai soltó un suspiro, para después mirar a su hija, estaba un tanto apenado. ─Ah... Parece que el auto se descompuso...─ Él rascó un poco su nuca, mientras sacaba su celular y procedía a llamar a alguien. ─Llamaré a Tatsumiya y le diré que llegaremos tarde.─ Y al decir eso, abrió la puerta de su lado.

La pequeña se vio un tanto confundida, parecía que su padre iba a salir. ─¡Papá! ¿A dónde vas?─ Se le notaba preocupada, aunque bueno, supongo que cualquiera estaría preocupada estando en medio de la nada a altas horas de la noche. A modo de respuesta, recibió unas caricias en la cabeza, cosa que le molestó un poco.

Se vio como su padre se rió un poco, mientras guardaba su celular. ─Voy a revisar el motor. Necesito saber qué es lo que pasó para saber exactamente a quién llamar.─ Después de decir eso, se bajó del auto, no sin antes abrir el capó. ─¿Quieres bajarte?─ Le preguntó a su querida hija, quien asintió rápidamente con la cabeza.

Ambos se bajaron y se dirigieron a la parte delantera. Mientras su padre revisaba, Wadanohara miró a su alrededor, notando como aquél lugar extraño comenzaba a parecerle más y más conocido. Su mirada se detuvo en el norte, observando una hermosa playa, que era iluminada por la luz de la luna. Espera... ¿Es "esa" playa?

Sí, lo era, era prácticamente la misma que visitó aquella noche. Era una gran coincidencia. Por un momento quiso ir, pero al ver a su padre, supo que no se lo permitiría. Notó cómo se veía estresado, no sabía de autos pero su mirada le dijo que no sería fácil de arreglar, mucho menos algo barato.

Se quedó embobada mirando el mar por unos momentos. Pensaba simplemente observar la playa de lejos, tal vez tomar unas cuantas fotos y mandárselas a sus amigos. Sacó su celular, dispuesta a tomar una foto, cuando notó algo particular; una sombra.

Al usar la cámara de su celular para ver más de cerca, vio como alguien estaba sentado frente a la playa... "Espera, ¿no es...? No... no puede ser él, sería mucha coincidencia..." Dijo en su mente, mientras observaba aquella sombra por unos momentos más. Aquello sin duda la había convencido de ir a la playa.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2021 ⏰

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