243 𝒅𝒂𝒚𝒔. Sesshomaru x Rin. (+18) [PAUSADA]

4.

La semana transcurria con normalidad, a Rin le había gustado la empresa Taisho ya que fue bastante bien recibida, sus compañeros de trabajo se acercaron a hablarle y ahora se llevaba muy bien con casi todos allí.

Era Jueves y se encontraba revisando unos papeles importantes que Sesshomaru le había encargado.
La hora del almuerzo estaba llegando, y ella ya casi terminaba el papeleo.

Alguien toca la puerta de su oficina, la castaña pronuncia un "Pase" sin quitar la mirada de sus obligaciones.

- Rin, ¿sigues ocupada? - Pregunta una voz másculina.

- Inuyasha, ya casi termino, ¿Que se te ofrece? - Levanta la vista para mirarlo a los ojos.

- Invitarte a almorzar, ¿que te parece? - pregunta el Taisho menor, con una sonrisa en su rostro.

Inuyasha era muy amable con Rin, la primera persona que le habló con amabilidad fue él, y se había ofrecido a ayudarla en lo que desee.

- Me parece una idea fantástica, dejame termino el papeleo y paso a buscarte. -Le devolvió la sonrisa.

El peliblanco asintió y salió de la oficina luego de eso.
Cuando la castaña terminó su labor, comenzó a prepararse para ir a almorzar, retocó un poco su maquillaje y dejó todo ordenado para cuando regresara.

Miró su oficina, era espaciosa y estaba muy bien amueblada, pero le faltaba color, le faltaba un toque de Rin en ella. Pensó en decorarla a la vuelta si su jefe no le traía mas deberes, se veía demasiado gris para su gusto.

Salió de alli en busca del muchacho que la había invitado a almorzar, saludando a todos en su camino.
Entró a la oficina del joven luego de tocar la puerta, en busca de ir juntos a la cafetería.

De lejos, Sesshomaru la observaba, se extrañó al verla entrar a la oficina de su hermano, si el no recordaba mal no había tareas de Rin que involucren al odioso Inuyasha.

Luego de unos minutos, ambos salían riendo de allí, algo que un poco le molestó.
Decidió seguirlos desde lejos, tratando de averiguar sus intenciones.

Rin solo caminaba con su compañero hacia el almuerzo, riendo por sus ocurrencias y chistes que hacía. Era bastante alegre, no como su hermano. Pensó.

- Oye Rin, ¿cómo te va trabajando con Sesshomaru? -preguntó curioso el joven de ojos dorados mientras sacaba un obento y lo colocaba arriba de la mesa en la que se sentaron.

- Pues, es soportable, casi no habla conmigo aunque si le gusta fastidiarme. - Dijo imitando la acción de su compañero, pero abriendo su obento y tomando un trozo de carne entre palillos que venían incluidos.

El Taisho mayor que los observaba de lejos se enfureció, ¿qué hacia su estúpido hermano almorzando con Rin?
Se contuvo las ganas de golpearlo en ese instante. Ni siquiera sabía por qué se sentía de esa manera, si para él la castaña no significaba nada, ni debía significarlo nunca.

- Cambiando de tema, ¿te han dicho que tienes unos ojos preciosos, Rin? - preguntó Inuyasha acercándose sobre la mesa y colocando un brazo en ella para sostener así su cabeza, ella rió.

Sesshomaru se cansó de ver eso, reconocía a su hermano coquetear y aunque no pudiera escucharlo sabía que lo estaba haciendo con ella en este momento. Completamente cegado por sus impulsos, camino rápido hacia la mesa donde se encontraban ambos jóvenes.

- Gracias Inuyasha, tú también tienes unos ojos muy lindos.

- Los heredó de mí... ¿Puedo sentarme aquí?

Ninguno de los dos se había percatado de la presencia de Sesshomaru, ni lo había visto caminar hacia ellos.

- Que fastidio eres, Sesshomaru. - su hermano rodó los ojos.

- Claro que puede sentarse aquí señor. - sonrió.

- ¿De qué hablaban? - Preguntó el mayor

- De nad...

Rin interrumpió a Inuyasha. Sesshomaru tenía que pagarsela de alguna manera.

- Halagaba del joven Inuyasha sus hermosos ojos dorados, claro que también es muy apuesto. - Lo miró con una sonrisa, su jefe le dirigió una mirada fría.

- Oh, con que tenían una cita, los dejo solos entonces. -Se levantó de la mesa.

- No, jefe, ¿cree que sería tan imprudente de hacer algo así en mi horario laboral? Aunque, podríamos salir luego de esto, gracias por su idea.
- sonrió inocente.

Sesshomaru gruñó

- Hermano sé un caballero, llevala al restaurant mas caro de Tokio, no a la cafetería de la empresa. -ríe cínico y se va rápidamente, sin dejarle oportunidad a Inuyasha de decir nada.

- Y a éste que le picó, y a tí, Rin. - suspiró.

Por primera vez nerviosa, se percató de la mala imagen que le había dado a Imuyasha de ella y rápidamente lo arregló.

- Es que el jefe dice ser muy estricto y no quiere relaciones dentro del ámbito laboral, y como te dije, a veces se le da por fastidiarme, por éso quise hacerlo yo también así bebía una cucharada de su propia medicina - dije sin titubear, pues Inuyasha tenia que creerme.

- Oh, si es por fastidiar a mi hermano estoy contigo. -Rió

Ambos seguimos comiendo y bebiendo de nuestro obento, disfrutando nuestro almuerzo y descanso.