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La castaña vuelve al trabajo cargada con adornos y telas de color rosa, dispuesta a re-decorar su nuevo espacio. Camina a la oficina de Sesshomaru y luego de obtener permiso, entró con un poco de dificultad.

- Sesshomaru, ¿necesitas algo?

- No aún Rin. ¿qué traes? ¿terminaste tu trabajo ya?

- Si, ya terminé. Son para decorar mi oficina, la verdad que mal gusto tiene quien la decoró.

La miró con los ojos entrecerrados.

- Yo la decoré.

La castaña soltó una carcajada que inmediatamente puso de buen humor a Sesshomaru, no sabía por qué, pero ella tenía ese don.

- Lo siento, no está mal pero necesita un Rin-toque. -volvió a reír ante el juego de palabras que se le había ocurrido. Su jefe esbozó una pequeña sonrisa también.

- Bien, hazlo. Tienes el día libre para que la termines, luego paso a ver como te quedó.

- ¡Gracias jefe!

Y se fué alegre.

Él se quedó pensando en Rin, esa chica desbordaba tanta felicidad que contagiaba a todos a su alrededor de la misma, incluso a la persona con el corazón más frío de todos, había logrado contagiarle su felicidad a Sesshomaru. O quizá, era simplemente su presencia que lo ponía de buenas.

Por más que estuviera un poco cabreado aún con Rin por el incidente del mediodía No podía hablarle mal ni tratar la indiferente, ya luego hablaría con su hermano Inuyasha acerca de sus intenciones con la joven.

Luego de pensar eso, paró en seco sus pensamientos. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué debía importarle a él si Inuyasha decidía estar con Rin?
Después de todo, aunque llegara a interesarse en ella, no debía suceder nada ya que él ya tenía un compromiso y no podía fallarle.

La joven, en su oficina, decoraba todo el lugar con su toque mágico. Si tenía que trabajar para Sesshomaru por 8 meses por lo menos iba a darle color a su lugar de trabajo. Esto es tan apagado que me pone algo triste, pensó.

Comenzó forrando unos mini silloncitos que tenía allí, luego colocó adornos como cuadros, fotos, manualidades en forma de corazón y algunas otras cosas.

Alguien entra a la oficina, la castaña posó su mirada a la puerta donde se encontró con Inuyasha mirándola divertido.

- ¿Que haces Rin?

- Decorando mi oficina, ¿quieres ayudarme?

- ¡Claro!

Cerró la puerta y se acercó a ella.
La ayudó haciendo algún que otro adorno para el lugar, se pasaron aproximadamente dos horas en ello. Terminaron, Rin sonreía alegre, su oficina había quedado preciosa

- Está linda, pero muy rosa

- Bueno, ese es el Rin toque.

- ¿Sesshomaru no se enojará por esto?

- No, el me dio el día libre para que lo terminara, pero no tardé tanto gracias a ti.

Inuyasha se sorprendió al escuchar a su compañera, no era capaz de comprender que le sucedía a su hermano con la castaña, jamás fue gentil con nadie de allí, o con nadie en general, y desde que Rin entró a la empresa no dejaba de sorprenderlo con las actitudes que tenia hacia ella.

En ese momento, como si sus pensamientos pudieran llamarlo, Sesshomaru entra en la oficina de Rin.

¿Por qué los Taisho no tocan la puerta? se preguntó la castaña en su mente.

-¿Otra vez tú? - le preguntó el mayor a su medio hermano.

- Y a ti que te importa.

- ¿Te gusta como quedó?- preguntó la castaña con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, verla sonreír así le hizo olvidar a su medio hermano por completo.

- Si, Rin, te quedó muy linda. -dijo sin pensar dos veces, algo de lo que se arrepintió segundos después-

Inuyasha se quedó perplejo observando a Sesshomaru, el cambio en su actitud en presencia de Rin era más que notoria.
Por su parte la castaña se mostró alegre ante la respuesta de su jefe, le habían dicho mucho que él era una mala persona, pero con ella era bastante amable.

- Bueno Rin, voy a terminar algunas cosas, nos vemos luego- El menor le dedicó una sonrisa coqueta y salió de allí, dejándolos solos.

Narra Sesshomaru

Me acerqué mas a Rin.
- Ese idiota está coqueteando contigo.- dije fastidiado, no se de donde salió este lado de mi, ella lo activaba.

- Lo noto algo molesto, jefe.- Esta vez fue quien se acercó, con ambas manos a los costados de su cuerpo, lanzándome una mirada seductora.

Sentí que me derretía, ¿acaso podía ser más perfecta esta mujer? me hacia perder el control de mi mismo, y ansiaba recorrer su cuerpo con mis manos, tenerla cerca.

- Rin... -La miro de arriba a abajo, mordiendo sutilmente mi labio inferior.
No, tenía que mantenerme en cordura, está mal lo que quería hacer.

- ¿Acaso está... celoso de su hermano?- Seguía acercándose lento, con una mirada y una sonrisa que me vuelven loco. Vi en sus movimientos algo extraño, y recordé lo que le hice yo hace unos días. ¿acaso quería vengarse de mí? por que no lo lograría.

Cuando estuvo lo suficiente cerca, se acercó a mis labios sin tocarme con sus brazos, fue donde entendí su intención.
Al acercarme a ella para juntar nuestras bocas, quiso correrse y dejarme confundido, pero tomé su cintura evitando que pudiera moverse del lugar, algo que no se esperaba.

- ¿A donde ibas? -pregunté sereno.

- ¡Maldito! - rió e intento safarse, pero no pudo.

- Rin... -tomé su mentón y levante su rostro con cuidado, ella ya no intentaba moverse de mis brazos. Y por fin junté nuestros labios, uniéndolos en un beso al que me correspondió casi de inmediato, enredando sus brazos intentando acercarme a ella. No pensé que lo deseara tanto como yo.

Caminé un poco sin separarme de ella, haciendo que se sentara encima de su escritorio y posicionandome entre sus piernas

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Caminé un poco sin separarme de ella, haciendo que se sentara encima de su escritorio y posicionandome entre sus piernas. Todo pasó muy rápido, ella se separó de mi y me miró a los ojos, Dios, eran los más hermosos que había visto.

- Alto... esto no está bien.

- En este lugar soy yo quien dice que esta bien y que no, cariño.

Esbozó una pequeña sonrisa y volví a besarla dulcemente, ella me daba ganas de tocarla como si fuera el más frágil y delicado cristal.




243 𝒅𝒂𝒚𝒔. Sesshomaru x Rin. (+18) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora