CAPÍTULO 39

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- ¿Dónde están mis padres? –pregunto Eren serio cuando vio entrar a Levy.

-Pensé que no quería hablarme–Eren lo observo irritado al escuchar las palabras del pelinegro.

-Deja la estupidez y dime dónde están mis padres–Exigió enfadado.

Levy tomó la revista de la mesa y la abrió para fingir que leía y evitar ese incómodo ambiente.

-Cuando yo era pequeño, años antes de que me regalaran a un orfanato mis padres decían que siempre debía pedir "por favor" si quería o necesitaba algo–el pelinegro lo miró y sonrió. -Buenos consejos que me sirvieron para la vida...

-No quiero lecciones de vida quiero saber dónde...

-También ellos me enseñaron a controlar mis impulsos...bueno, creo que eso lo aprendí a la fuerza, pero tuvo que ver con ellos–Levy suspiró y siguió con su vista en la revista.

-Cada día te odio más–Bufó Eren y se volteó dándole la espalda.

-Lo mismo decía mi padre las últimas semanas que estuve en casa, no paraba de repetírmelo –los pensamientos del pelinegro eran un cumulo de emociones que no dejaban tranquilo. –Pero eso ahora no me preocupa...

-Cállate–Eren le aventó una almohada y se acostó otra vez.

Levy sonrió y se acomodó en el sillón para descansar... al menos había distraído al castaño sobre el tema de sus padres. Minutos después entro Armin para realizarle una punción lumbar para saber si Eren estaba acto para unos nuevos medicamentos.

-Vengo después para los demás exámenes–dijo Armin botando los guantes a la basura.

-Gracias... aquí seguiremos al final del día–hablo Levy sonriendo y Eren solo rodó los ojos con fastidio.

-Quédate quieto Eren... si sientes náuseas, mareos o...

-Armin, sé que se siente después de estos exámenes. no te preocupes–Lo interrumpió Eren serio y cerró los ojos.

-Nunca pensé que volvieras a ser lo que eras cuando no te podías mover–dijo Armin antes de retirarse.

Las palabras del doctor calaron en lo más profundo del castaño, dejándolo con una sensación de desasosiego.

-Sabe señor Jaeger... le contaré una historia para que deje el enojo por un rato–hablo el pelinegro acostándose en el sillón con la revista frente a su rostro.

-Lo que menos quiero es escucharte idiota.

-Hace muchos años había un niño... tenía dos hermanos, una mujer y un hombre, eran mayores que él por 5 años, ese niño tenía 8 años cuando le tocó vivir algo no muy agradable...

-Ese niño eres tú, ponle nombre.

-Bien ese niño se llamaba Levy y tenía 8 años, recién cumplidos... recibió muchos regalos, pero ninguno le gustó, así que fue a buscar los juguetes que si le gustaba y precisamente eran los de su hermana... como ella era la única mujer siempre jugaba sola, pero se la llevaba tan bien con su hermano menor que lo invitó a jugar con sus muñecas y sus peluches. Como el pequeño Levy era muy dulce saltó de alegría y se sentó a jugar con ella, dos horas después llegó su padre... ese niño se asustó tanto que se levantó y cuando pensaba irse para esconderse su padre apareció en la puerta, Levy tenía una muñeca en su mano, era una princesa con vestido morado así que su padre le quitó la muñeca y lo agarró de su lindo cabello azabache para arrastrarlo hasta la habitación de él... Levy suplicó que lo soltara y su padre así lo hizo, lo tiró al piso de la habitación donde dormía y cerró la puerta con seguro. Levy quería llorar por el dolor de su cabeza, pero no se percató que su padre tomó todos sus juguetes y se los tiró encima uno por uno con fuerza, diciendo que un hombre nunca jugaba con las muñecas, a esa princesa le quitó la cabeza y todas sus extremidades y también se las lanzo a Levy por ser afeminado...

-No me gusta tu historia, es aburrida y no tiene un final feliz.

-Si lo tiene–Se apresuró a decir el más bajo. -Después de lo ocurrido el padre de Levy prometió que si dejaba de jugar con muñecas le daría un regalo... Levy contento creyó en sus palabras... ¿quieres saber que fue? –Le preguntó a Eren sin mucho esfuerzo.

-No me interesa–respondió Eren con fastidio.

-Bien, no lo diré.

Levy se levantó del sillón y salió, se dirigió hacia la habitación donde se encontraba el señor Jaeger, entro y observo como el hombre descansaba y junto a el yacía su esposa con la mirada triste.

Minutos después entro Armin anunciando que era hora de realizarle la resonancia al señor Jaeger.

-Iré con ustedes–dijo Levy a los señores Jaeger. -Adelántense.

Levy dejó a los señores Jaeger y volvió a la habitación de Eren, este se encontraba con la mirada fija en la pared, pero se giró cuando el pelinegro entró a la habitación.

-Estarás sólo un rato, no tardare mucho estaré haciendo algo importante.

-Vete con tu amante, no me importa–Bufó Eren enojado.

-Ten... presionas este botón si necesitas ayuda, alguien vendrá a verlo, pero solo si es una urgencia–Levy le dejó el aparato cerca y suspiró.

-Dormiré... vete ahora.

- ¿En verdad no quieres saber que le regaló ese hombre a su hijo? –Preguntó.

-No.

-Eres mi hijo... y te quiero–dijo Levy con melancolía. -Ese fue el regalo que recibió el pequeño, él fue feliz otra vez... ese es tu final feliz.

Pasos hacia el amor -Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora