CAPÍTULO 55

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Al salir de la casa Levy no soportó más y se dejó llevar por el dolor... esa muralla que había construido por años se estaba agrietando.

Es que hoy Eren le había dado la gota que había rebozado el vaso, ya no había más espacio para guardar en el olvido, esto era como una presa que se reventaba por la presión del agua.

Levy cayó al suelo y lloró... necesitaba sacar todo ese dolor que llevaba guardando por años. Cada palabra de odio y desprecio dicha por Eren se repetía en su cabeza, se juntaban con las de su madre, las de su padre, su hermano, las hermanas Jaeger y todas esas personas que lo denigraban como persona y ser humano.

- ¡No más! –Suplicó Levy en un llanto desgarrador.

Estaba cansado, ya no soportaba tanto dolor en el pecho.

Estaba tan perdido en su dolor que no se dio cuenta cuando deslizaron la puerta del jardín.

- ¡¿Levy que haces aquí?!–Preguntó Isabel sin acercarse para no mojarse por la lluvia.

- ¡Vete, sólo vete! –Le gritó Levy llorando.

Isabel se sorprendió porque era la primera vez que Levy lloraba y si lo estaba haciendo era por que algo no estaba bien. Sin pensarlo salió corriendo a su lado.

- ¿Levy que pasa? –Preguntó ella asustada y se agachó a su lado.

- ¡Vete, déjame sólo! –Levy se hizo hacia atrás y debajo del agua dejó ver su rostro teñido en tristeza y desesperanza. -¡Déjame Isabel!.

- ¡No lo haré!...

La lluvia se hizo más fuerte, el cielo empezó a tronar como si estuviera furioso... Levy cerró los ojos y se rindió, se dijo a si mismo que ya no había más por que luchar.

- ¡Me duele mucho Isabel, no soporto tanto dolor! –Sollozó Levy para tirarse a los brazos de ella.

Isabel no entendía, pero no le importaba en este momento... lo único que tenía prioridad en este instante era poder calmar ese sufrimiento que estaba matando a Levy.

-Vamos adentro–Pidió Isabel en el oído del pelinegro.

- ¡¿Cuánto más tiene que pasarme?!–Levy se aferró al cuerpo de Isabel. - ¡Deseo morir, quiero morirme Isabel!

- ¡No digas eso, no puedes dejarme Levy! –la pellirroja empezó a llorar, estaba desesperada y tenía miedo.

Ambos estaban llorando, empapados por la lluvia que los acompañaba y que los estaba entumeciendo.

La puerta se volvió a abrir y cerrar llamando la atención de Isabel.

- ¡¿Que hacen ustedes ahí?!–Gritó Carla un poco escandalizada.

- ¡Ayúdeme por favor! –Suplicó Isabel.

Carla amarró su bata de seda y salió rápidamente sin importarle si la lluvia la mojaba, con esfuerzo levantó a Levy e Isabel temblando también ayudó.

El chico estaba como en shock porque no reaccionaba... él solo lloraba como si no hubiera un mañana.

-Ven, sentémoslo aquí–Carla guio a Levy hasta el sofá y se sentó para abrazarlo. -Pásame esa cobija, su cuerpo está muy frio. –Isabel rápidamente acato las ordenes.

-Levy cálmate por favor–Isabel le limpió las mejillas.

-¿Qué le pasó?–Preguntó Carla preocupada y lo abrazó más fuerte.

-No lo sé...–Lisa suspiró pesado. -Nunca lo había visto llorar.

-Señ...–Reiner detuvo sus palabras cuando vio y escuchó a Levy. -¿Qué pasó?.

-No sé, debemos llevarlo arriba, está temblando del frío–dijo Carla. -Reiner cárgalo y llévalo a la habitación, Isabel ve y calienta agua... debemos calentarlo...

Cada uno hizo lo propio, la señora subió a su habitación y se cambió por ropa seca, no hizo mucho ruido para no despertar a su esposo y corrió por las escaleras abajo.

- ¿Qué haces despierta mamá? –Preguntó Mikasa que caminaba medio dormida.

-Nada... sólo vete a tu habitación–hablo la mujer seria y entró a la habitación de Levy.

Mikasa alzó los hombros y le restó importancia para seguir su camino a su habitación con su vaso de agua en la mano.

- ¿Cómo va? –Preguntó Carla acercándose a la cama.

-Tiembla–respondió Reiner mientras le ponía otra cobija encima. -En todos estos meses nunca lo había visto así señora...

-Yo menos–Ella suspiró pesado y le acarició las mejillas. -Esta helado...

-Llegué señora–Isabel abrió la puerta rápido y se acercó a la cama. -Está caliente...

-Ve y cámbiate Isabel, te quedarás aquí con él por esta noche–Habló Carla recibiendo el envase con agua caliente. -Reiner busca un termómetro–Ordenó.

Isabel se fue corriendo y Reiner fue en busca del termómetro.

- ¿Qué te pasó Levy? –Preguntó ella colocando una toallita con agua tibia sobre su frente.

-Eren–Murmuró Levy. -Eren...

-Aun en estos momentos aun tienes presente a mi hijo... espero que mi hijo no tenga nada que ver con lo que te sucedió. –aunque en estos momentos de la vida ella ya no sabía que esperar de su hijo... 

Pasos hacia el amor -Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora