Nota de la autora
La vorarefilia es el deseo sexual de consumir o ser consumido por otro ser humano. La coprofagia es su prima bastarda; el deseo de consumir las heces de otra persona. Ambos son kinks bastante tabú, pero la raíz de ambos es el deseo de conectarse íntimamente con la persona de interés, de tomar una parte de ella y poseerla. Cuando comencé a investigar sobre las diferentes parafilias sobre las que quería escribir, seguí dando vueltas hacia ellas, algo morbosamente fascinada. Encajan muy bien en esta historia, pero obviamente son increíblemente imprácticos y bastante inquietantes. No quiero que Asami se coma a Akihito o consuma su materia fecal. *arcadas* Por un tiempo, no pude entender cómo las iba a escribir, a pesar de que quería desesperadamente incluirlas porque el deseo de Asami de consumir y poseer por completo a Akihito es un gran tema en esta historia... Así que encontré una manera de expresar ambos fetiches sin canibalismo real o heces, pero el factor squick todavía se acerca bastante. Les recomiendo que no lean esto a menos que tengas un estómago muy, MUY fuerte. Si es así, continúa... estaré asando malvaviscos en el infierno, esperando compañía.
Asami arrancó una de las uvas recordando lo hermoso que se veía desapareciendo en el pequeño agujero de la boca de Akihito.
Quería verlo desaparecer en otro agujero ahora.
"¿Se siente vacío dentro de ti? ¿Duele, que quieres ser llenado?"
Akihito gimió impotente y asintió, sus ojos revolotearon detrás de su venda. Él quería. Quería que le sacaran la cosa horrible que tenía abierto el culo y quería algo más. Algo que lo llenara desde adentro.
Asami se rió oscuramente ante su entusiasmo, "Muy bien, Princesa, vamos a llenarte."
Sintió las fuertes manos de Asami envolver sus caderas y levantarlas hasta que estuvo de rodillas. Akihito se incorporó sobre sus manos para descansar a cuatro patas, pero luego sintió a Asami presionar entre sus hombros, empujando su cabeza hacia abajo. Akihito apoyó la mejilla en la almohada, pero mantuvo su trasero en alto como Asami lo había posicionado.
Escuchó el destapar de la botella de champán y pensó que era extraño, Asami odiaba el champán... Entonces Akihito gritó de sorpresa al sentir el frío líquido corriendo por sus entrañas. Apretó los puños, deseando proteger su interior del burbujeante y espumoso fluido y detener su intrusión, pero la cosa mantenía sus intestinos abiertos sin piedad y no podía hacer nada más que temblar impotente mientras se precipitaba profundamente dentro de él. Fue peor que el enema. Mucho peor. Entró en él de repente debido a la extensión de su trasero y luego burbujeó en sus entrañas, haciendo que su estómago se revolviera y se agitara y el frío lo dejó sin aliento.
Pero de repente, el chorro de champán se detuvo y sintió algo más entrar en su trasero. Asami dejó caer el objeto en su trasero y salpicó en el charco de líquido que aún se canalizaba hacia el pequeño agujero al final de su amplio túnel abierto. Era pequeño, redondo y frío, era una de las uvas. Akihito se estremeció al reconocerlo.
Una por una, Asami metió las uvas adentro, rodando por el frente de su agujero. Parecía estar tratando de convertirlo en un juego, moviéndolos como canicas para que pasaran sobre su punto dulce. Cada vez que una uva fría rodaba sobre su próstata, Akihito se estremecía y temblaba. Se sintió extraño pero bueno. Se prensaron más uvas dentro de él. Su estómago comenzó a sentirse lleno, el peso de las pequeñas frutas llenas de líquido comenzaba a acumularse, pero Asami aún presionó más contra él. Esto era más de lo que había hecho antes. Comenzó a retorcerse cuando su estómago comenzó a hincharse, el peso era insoportable, el frío y el estiramiento de su tierna abertura. Le dolía y palpitaba por haber estado sostenido por tanto tiempo.
