𝐢𝐧𝐭𝐫𝐮𝐬𝐨

31 5 0
                                    

2 días después de la coronación de Yuta, Suri había vuelto a su hogar como todos, le había gustado ver a su amigo Eduardo y a Johnny, para ella eran sobretodo una figura paterna, el monarca de EUA le había pedido en esta ocasión que alojara en su castillo al jefe de la corte del estado vecino, Canadá; Para ella era el país de las propuestas de matrimonio, le parecería bastante incómodo si fuera el Rey el que se quedara con ella, pero sería solamente el Jefe de la corte el que se hospedaría en su castillo, así que acepto con entusiasmo.

Llegaría el 1 de Noviembre, ella esperaba que su estancia fuera corta, pues unos días despues de su llegada sería el cumpleaños de Lex y no confiaba en dejar a un extraño en su castillo, solo, así que pensaba ayudarlo a apresurar lo que tuviera que hacer. 

1/11

Eran las 9 am y estaba en el puerto esperando con un carro a que una de las primeros aviones en existencia llegara con el Jefe de la corte, se demoró 20 minutos más de lo esperado, pero llegó con bien y eso era lo importante.

-Buenos días, su majestad- saludó el jefe 

-Buenos días, si gusta subir todas sus cosas al carro, se lo agradecería-

-No se preocupe, ¿Solo vino usted?- preguntó extrañado

-Si, ¿tiene algún inconveniente?- respondió más sería 

-No, para nada, me agrada que maneje usted, de hecho me parece asombroso

-A mi me parece asombroso que maneje una máquina voladora 

El desprecio se podía sentir en la fraase, lo que causó un incómodo silencio todo el camino.

-Ya llegamos, normalmente le pediría a mis empleados que te ayudasen, pero estan de vacaciones, así que le pido que usted se encargue de su equipajes, si necesita ayuda, puedo asistirlo yo

-¿No tiene empleados?- preguntó exaltado

-No, volverán hasta el próximo mes- Suri cayó en cuenta que no sabía su nombre - Disculpe la pregunta tan brusca, pero ¿me podría decir su nombre?

-Ah, claro no me he presentado, soy M..- titubeo- Soy Bae Jacob, un gustó 

-Un gusto, Vong Suri- tomó su mano- Le llevo a su habitación, pero necesito mi mano- El canadiense soltó su mano, ruborizandose por la acción inconsiente- Gracias, mire, esta es la sala principal, subimos las esa¿caleras y encontramos a la derecha mi oficina, a lado mi habitación y las habitaciones de mis sirvientes, hasta el otro lado, pegada a las escaleras para subir al 3er piso, estará ubicada su habitación.

Le abrió la puerta del cuarto, este tenía una sala grande, un baño con tina, un vestidor y tocaador y al final una cama King size con sábanas verde pastel, en todos lados había flores y en la mesa de la sala de estar había un globo de cristal con pequeños peces amarillos.

-Le encargo a estos pequeños, se los dejo para que aligeren su estrés y limpien la atmosfera, esa es la misión de los peces, ¿Lo sabía usted?

-No lo sabía, pero gracias por el dato, los cuidaré bien, no se preocupe- Suri se dió la vuelta para abandonar la habitación- Disculpe, ¿que tiene arriba?

- Ah, arriba, esta la habitación de mi padre, no se puede pasar, mi galeria de arte, la cual tambien me gustaría mantener privada, una biblioteca con piano, por si gusta entrar y 3 salas de junta para mis reuniones, si gusta organizar alguna solo aviseme primero para poder proveerle lo necesario.

-Oh, muchas gracias.

-Comemos a las 3 y cenamos a las 7, como no hay ningun empleado preparare la cena yo, si sale solo le pido que me avise con anticipación.

-Si, de hecho saldré cuando termine de acomodarme, tengo una cita con una personas- comentó "jacob" 

-No es necesario que me desglose su itinerario, señor, como le dije, solo aviseme si saldrá.- hizo una referencia y salió de la habitación 

-Ah claro, lo siento, gracias. 

Para Suri era una sensación completamente nueva el tener a alguien en su castillo aparte de sus empleados, sentía algo en el estómago, así como lo que los niños sienten cuando es navidad, era cierto que no quería saber sobre los asuntos del canadiense, pero quería ayudarlo a terminar lo más rápido sus negocios, así que conocería sus planes quisiera o no y no exactamente de parte de él.

2:00 PM

Vong, vió al extranjero salir del castillo, se puso un cárdigan violeta y salió del castillo siguiendole.

Él entró a un restaurante en el que se encontró con otro extranjero, no escuchaba ni veía nada desde donde estaba así que se decidió a entrar.

-Hola, soy Vong Suri, necesito una mesa- la que le atendía quedó impactada- Por favor no haga nada grande, hágame pasar desapercibida, es una petición enorme

-No se preocupe, la llevare a una mesa y la tratare sin especialidades

-Muchísimas gracias

la llevo a una mesa a 1 o 2 metros de la mesa del Canadiense

-¿Qué le sirvo?- pregunto la mesera

-Quiero un plato de verduras y uno pequeño de arroz, porfavor- se decidió a preguntar sobre los extranjeros frente de ella- Disculpe

-Perfecto, sí, dígame

-Los extranjeros de ahí, ¿tenían reservación?- la mesera asintió con la cabeza intentando ser lo menos obvia posible- ¿A que nombre?

-Mark Lee, señorita - susurro

-Oh, muchas gracias, sería todo, ah, y un té, porfavor.

-Enseguida

Suri sacó una libreta personal donde anotaba ciertas cosas que le parecían interesantes sobre cualquier cosa, ya fueran estructuras, personas conocidas, personas desconocidas, restaurante, comida, escribía todo lo que le parecía curioso, también dibujaba detalles que no quería olvidar, direcciones donde quería comprar cosas, las cosas que quería comprar, es olvidadiza por eso siempre la trae consigo.

Su comida llegó pronto, sin atención innecesaria, Vong se sentía tan cómoda de esta manera, anotaba cosas de ambos como que la risa del jefe de la corte era muy pegajosa y fuerte, que la sonrisa del Gobernante era tierna, ambos tenían la misma estatura, cosas como esas.

Su paz se vio interrumpida cuando una pequeña niña se acercó:

-Señorita Suri, ¿ES USTED?- su voz lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de todos en el restaurante

-Shhh, si soy yo nena, ¿quieres comer algo conmigo?- intento sentarla y evitar llamar la atención

-¿SENTARME CON USTED? SEÑORITA SURI, SI CLARO!- seguía gritando y varios ya se venían acercando

-Señorita, podría escucharme un mínu...

La gente comenzó a acercarse alrededor de ella, era amable y todo, pero no quería que los extranjeros notarán que estaba ahí, tristemente ya había fracasado su plan y solo le quedaba escuchar a su gente; Minutos después los dos canadienses salieron del restaurante, el que se hospedaba en su casa la miró con una sonrisa.

Su mente se puso en blanco y su cara solo atinó a colorarse, ¿Qué pensaba? ¿Que sonriendo se iba a ganar la confianza? No papito, no, así no eran las cosas...

I don't love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora