𝐬𝐚𝐧 𝐬𝐢𝐥𝐯𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨

22 3 0
                                    

-¿A dónde vamos? - preguntó Yuta subiendose al carro que Lex estaba manejando

-Al San Silvestro- respondió

Lex se estacionó unos metros después para subirse a una góndola que los llevaría hasta San Marcos, el reconocido centro historico de Venecia. A Yuta no le fascinaba la idea, pues su peor miedo era morir ahogado, pero no importaba, disfrutaba tanto los paísajes de la ciudad italiana que valía la pena el riesgo.

Los canales de Venecia ocupaban la mayoría de las calles, así que para ser exactos no se podía "manejar por toda la ciudad" como en Turín o en Roma, era bastante estúpido que varios habitantes e incluso que la realeza, por realeza me refiero a Alonso y a Lessa, compraran autos para moverse. Las góndolas definitivamente convenían ya que no solo se podían mover de manera más rápida, si no que tambien apoyan a la economía local.

Para el japonés los paísajes eran hermosos, pues, eran diferentes a los de su país, era algo nuevo. La manera en la que el Sol se veía lograba hacer que las estructuras más viejas se vean maravillosas, irreales; No era que no le gustara E.U.A o Canadá, Nueva Zelanda o Australia, solo que Italia era mágico, tenía ese aire viejo, esa sensación cálida que te hace creer en toas esas historias de amor y desgracia, ese olor a tabaco en cada restaurante, era lo que Yuta llamaba "el aura Europea".

Llegaron después de unos 10 minutos, bajaron y siguieron a hacía el restaurante, se veía bastante lujoso aunque un poco informal por las mesas que estaban puestas fuera.

-buon pomeriggio, il mio tavolo è pronto?- preguntó Lex, era curioso como su voz cambiaba dependiendo del idioma que hablase

-Sì, vostra maestà- la recepcionista miró a Yuta- Solo 2 o aspetteranno qualcun altro?

-Non, saremo solo noi- respondió

- Allora ti porto al tuo tavolo.- la recepcionista les guió a la mesa del centro, quedaban cerca de la cocina, del baño y de la salida, era la mesa más prudente para tener a su majestad

-Grazie- dijeron los dos viendo el menú

-Mi scusi, vorrei ordinare un vino rosso del 1890- pidió la italiana a la mesera que estaba pasando

-¿Qué pediste?- preguntó el japonés

-Ah, pedí un vino tinto, 1890- los dos sonrieron por lo formal que había sonado eso, eran como niños chiquitos

En menos de 2 minutos la mesera ya estaba en la mesa sirviendo el vino en dos copas de cristal con adornos pintados a mano, eso le gustaba a Lessa del restaurante, lo único de la vajilla, la presentacion, la atención, todo.

-Grazie- dijo Yuta, había practicado eso toda la mañana diciendole al personal del hotel

-Ahora, Yu, dime, ¿de que querías hablar?- el otro se tensó, no creía que fuera el momento, pues no quería arruinar la cena antes de que si quiera comenzara o hacer sentir incómoda a Lex.

-Ah, luego, lo hablamos en el postre, ¿te parece?

-Eres el único oriental que respeta mi postre- contestó Lex haciendo un puchero

Así pidieron un platillo y siguieron platicando, cosas tontas o temas politicos y de importancia, daba igual, solo importaba que la conversación fluía bien y se sentían cómodos y divertidos. Llegó la hora del postre y Yuta sentía como se le hacía un nudo en el estómago; Mientras Lex se sentía ansiosa, no de la mala manera, si no que había estado esperando que le dijera lo que quería toda la cena.

Yuta había pedido helado de avellana y Lessa una tarta de fresa y queso.

-¿Y? Dime, qué querías que hablaramos?- planteó la Italiana mientras tomaba un bocado de su postre

-Ah si- tragó su vino y siguió- Pues hace un tiempo me di cuenta de que Jungwoo escuchaba detras de las puertas cerradas, por ejemplo, la de mi madre, la de la cocina, incluso la mía cuando me encuentro con el administrador- Lex comenzó a toser, pues se le había ido un pedazo de tarta- Entonces, quiero saber si es mera curiosidad o pasa algo

-Mira- tosió para asegurarse de no volverse a ahogar- Okay, mira, te voy a preguntar algo y tu me vas a responder con honestidad porque a mi no me haces pendeja, ¿lo sabes verdad? Te conozco desde hace casi 9 años, sé como estudias, como piensas, como comes incluso, así que ahora te voy a hacer la pregunta que nos pondría en una línea muy delgada- Yuta hubiera preferido no haber preguntado si se iba a poner todo tan serio- Yuta, ¿asesinaste a tu hermano?- Lex no separaba la mirada de la del otro, pero tampoco podía evitar querer llorar

-Si, yo lo hice- no titubeó para nada, suspiró y siguió hablando- No me voy a excusar porque no tengo excusa, tuve un arranque de ira y estaba tan cansado que solo quería desaparecerlo, me dí cuenta cuando ya lo había hecho y solo me quedaba solucionarlo- Lex sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas.

-¿Si lo hiciste?- el otro solo asintió- Dios mio Yuta- tenía que respirar para seguir hablando

-Lex te lo cuento porque sé que tenemos la misma cantidad de sangre en nuestras manos, shotaro valía como 100

-Yo lo sé Yu- tomó toda su copa de un trago y siguió- Bueno- parecía que el remordimiento de ambos había desparecido- Tú no lo sabes por mí y yo no lo sé por ti, ¿okay? okay. El día de tu cumpleaños

-¿La coronación?

-Si, ese día Chittaphon cerró la puerta y hablo con nosotros sobre lo que había escuchado en el pueblo sobre la muerte de tu hermano y lo expuso frente a todos, así que propuso que alguien se infiltrara contigo y tu reino para saber que pasaba, que decias, que hacías, como lo hacías, a donde ibas, con quien te reunías, etc

-Y escogieron a Jungwoo...- la decepción se notaba en su voz

-SI YU, pero él no sabía, se supone que no sabía, pero no dudo que Doyoung lo haya hablado con él, pues literalmente lo mandaron al matadero y es su hermano favorito- habló un poco rápido para evitar que Yuta se enojara y se fuera- Asi que nos puso a votación, la mayoría votó por que se mandara a alguien

-Vaya, por lo menos sé que tú y Win jamás votarían a favor- prendió un cigarro

-Si bueno, ya sabes- ¿cómo se supone que Lex le dijera que Sicheng voto a favor? mejor se lo reservaría

-Que desgracia fue haber sentido un cargo de conciencia y haber escogido al maldito coreano-

El silencio se hacía presente entre ellos, pero no vibraba con incomodidad, si no con decepción y seriedad; Estuvieron así 10 minutos mas o menos, terminaron su postre y la segunda botella de vino, cuando Nakamoto habló de nuevo:

-Lex

-Dime

-¿Estarías dispuesta a hacer publicos tus negocios frente al consejo?- era la pregunta más estúpida que había hecho en su vida

-¿QUE? ¿Estás loco a caso? Jamás, terminaría en la carcel EN USA y que asco me da USA

-Yo lo sé, lessa, pero ¿y si no pudieran tocarte porque eso sería lo de menos?- Yuta vio como su cara paso de panico a confusión

-No te comprendo

-Si tus negocios fueran lo de menos porque en sí, todos estarían expuestos, desnudos ante los demás con sus cosas en la mesa

-O sea, ¿que no sería la única expuesta?

-No, todos lo estaríamos, incluyendome...- Lessa comenzó a pensarlo- Estarías dispuesta a darme la lista de personas en cargos reales o importantes que te compran, venden, distribuyen, etc?

-Si, pero tengo una condición, todo lo que sepas e investigues sobre Lucas, me lo vas a a pasar a mi primero ¿Estás de acuerdo?- el otro asintió

-Esta es la única manera de que el consejo renazca y deje de acosarme...

Yuta y Lex eran iguales, pensaban igual, sentían casi de la misma manera, eran narcisistas, independientes, ambos se mantenían ocupados para olvidar sus problemas, eran iguales, ambos se sacrificarían por el otro. Tal vez era el tiempo que se han conocido o simplemente coincidencia.

Para Yuta era como mirarse en un espejo y viceversa, eran dos partes de la misma persona.

I don't love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora