𝗬𝗨𝗧𝗔 𝗡𝗔𝗞𝗔𝗠𝗢𝗧𝗢: Heredero a la corona del gran imperio de Japón como el primogénito, conocido por su amabilidad y hermosa sonrisa; en realidad, era una persona completamente diferente, todos en el castillo sabían de sus arranques de ira y...
La muerte de Shotaro engrisesio todo Japón, los días parecía más pesados y grises en el gran imperio. La reina entristeció enormemente, se negaba a salir de su habitación, se negaba a comer, se negaba a hacer cualquier actividad. Por el otro lado, el príncipe heredero se encontraba de increíble humor todos los días, parecía que el Sol solo salía para él, pero cuando era necesario pasaba desapercibido, fingía tristeza y profunda afligía, agachando la cabeza con sus ojos hinchados del "llanto", el pueblo le veía con pena y compasión.
¿El cuerpo? Ah, lo encontró un campesino que iba cazando, tristemente su arma de caza tenía el mismo tipo de bala con el que se le disparo a Shotaro múltiples veces, así que, lo asumieron culpable, pero Yuta fue a liberarle de la prisión haciendole prometer que jamás diría nada entregandole a uno de sus hijos, para que sirva en el castillo, como garantía de su silencio.
A pesar de la terrible pérdida la coronación tenía que continuar, ya habían pasado 2 años desde que el rey había muerto, el pueblo necesitaba un nuevo gobernante que pudiera resolver conflictos y trajera nuevos negocios y tratos internacionales, Japón era un gran exportador gracias a todas las hierbas medicinales y avances que tenían gracias al petróleo que había en sus tierras, así que necesitaban mantener empleos y abrir nuevas oportunidades, por eso no podía retrasarse otro año la coronación de Yuta.
Este seguía planenando y escogiendo cosas para la fiesta y la ceremonía, él decía que era como casarse, pero más emocionante porque no había nadie más que quisiera opinar sobre lo que escoges, para Yuta, casarse era como innecesario, decía que solo le traeria problemas, era como un estorbo, si eso era, al final la única persona que jamás le había gustado no le iba a hacer caso, así que ¿para qué hacía infeliz a otra persona? solo estaba bien.
El itinerario del gran día sería así:
• 9:00 - 11:00 am: Funeral de shotaro
• 12:00 pm: Reunión con el consejo
• 2:00 pm - 3:30 pm: Ceremonia de coronación
• 4:00 - 5:00 pm: Presentación de posibles candidatas para contraer matrimonio con el rey
• 7:00 pm: Cena y baile real
Había quedado justo como quería, a excepción de la presentación de concubinas para escoger, pero su madre los había añadido, puesto que es tradición, aún así Yuta estaba feliz y emocionado.
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Eran sus últimas horas como príncipe, honestamente había dormido como bebé esa noche, tal vez era cierto lo de los cristales que le había dado su mejor amiga, pero bueno, eso ahora no importaba, tenía que bañarse y vestirse para asistir a la ceremonia funebre que se haría en nombre de su hermano.
9:00 am
Todos comenzaban a llegar al templo donde se conmemoraria el Soshiki. El consejo se sentó en la parte de atrás, algunos lloraban y otros simplemente observaban serios.
Yuta se mentalizó y canalizó sus emociones, no debía sentirse bien respecto a nada de lo que pasó pero este día no podía evitar que todo su cuerpo vibrara en emoción, al final había esperado este momento toda su vida.
-Buenos días, gracias por presentarse hoy, estamos aquí para despedir a mi hermano, al valiente príncipe del reino de Japón. Varios de ustedes tenían lazos muy grandes y fuertes con él, de amistad y cariño, lamento su pérdida. Había algunos entre nosostros que solo lo conocían de vista- sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas- Pero... solo con verlo sabían que era un niño tierno, que era alguien con muchos intereses y ganas de hacer sentir grande a su pueblo, tristemente ya no está con nosotros y tendremos que darle una despedida digna, una despedida que lo haga llegar al cielo orgulloso y sabíendo el aprecio que le teníamos.- apenas pudo terminar sin derrumbarse, lo único que lo hacía temblar entonces es su ¿subconsiente?
La ceremonia continuo como se esperaba, Yuta estaba sentado al frente junto con su madre y el pequeño hijo del campesino quien ahora parecía ser el hijo favorito de su progenitora, claro, jamás era él, pero eso no le importaba ahora.
Para finalizar la ceremonia Jungwoo, hermano de Doyoung, príncipe de Corea dijo unos palabras dirigidas a Shotaro:
-La última vez que nos vimos fue en el festival de San Biagio, era la primera vez que Lex nos invitaba a un festival, disfrutamos muchas cosas y nos enseñaron a hacer pasta tradicional, ¿te acuerdas? Desearía haberte visitado antes de que te fueras para siempre, eras mi mejor amigo; ¿Cómo se supone que deba seguir mi vida sin tí?. Te extrañare siempre, por favor, ten un buen viaje y espérame hasta que nos volvamos a reunir. - La cara de Jungwoo estaba realmente hinchada y a penas podía con el dolor que tenía en su pecho, pero aí terminó el corto discurso que había preparado.
Yuta solo lo miraba con compasión y tristeza, tal vez jamás le agrado que Shotaro se juntara con Jungwoo, pero al fin y al cabo era su vida y merecía vivirla con quien quisiera.
Todos salieron y enterraron a Shotaro en su lugar, cada representante lanzó una flor, dieron sus condolencias y se retiraron, todos menos Yuta.
Él seguía ahí mirando como terminaban de enterrar el cajón de su hermano, se derrumbó, comenzó a llorar tan fuerte que incluso los trabajadores decidieron retirarse para darle privacidad.
-Perdóname, perdóname por favor-
Era lo único que se entendía entre los sollozos de este, estaba sentado en sus pantorrillas, llorando, y gritando, era toda la culpa y tristeza que su ego no le había permitido sacar, sentía tanta tristeza que era abrumadora, pronto comenzó a sentir asco de tanto llanto, ya no podía respirar y solo quería ser él el que fuese puesto 6 pies bajo tierra.
