♡~el cabello de Inosuke~♡/INOZEN/{INOSUKE X ZENITSU}

~Capítulo 2~

Ese era un bosque tranquilo, esa era una finca tranquila, ese era un pasillo tranquilo, pero definitivamente esa NO era una habitación tranquila.

En aquella habitación que se encontraba  final del pasillo se podían escuchar los gritos de dos jóvenes, uno gritando porque lo dejaran en paz, y el otro para que cierto azabache se quedará quieto.

- por favor Inosuke!!! Quédate quieto!!- le decía un joven rubio a su compañero.

- nunca! Nadie le da órdenes al gran Inosuke! Jajaja!- grito el otro.

- pero solo quiero cepillarte el cabello, por favor~- la cara del Agatsuma cambio a una tierna para poder convencer a su amigo.

Por su parte, al ver la expresión tan tierna que hizo Zenitsu, Inosuke solo pudo mirar a otro lado para no morir de la ternura.

Zenitsu ya rendido decidió dejarlo en paz... Por unos segundos, y es que la curiosidad de saber cómo se sentía tocar el cabello de Inosuke (que ya estaba seco por todo el tiempo que perdió tratando de convencerlo) lo estaba devorando por dentro, la curiosidad lo mató e hizo una pregunta que desconcertó a Inosuke.

- Inosuke, puedo tocar tu cabello?

Inosuke, rápidamente volteo a verlo algo incrédulo por la pregunta.

- que dijiste- pregunto.

- eso, que si puedo tocar tu cabello- repitió el rubio.

- por que tanta insistencia en tocar mi cabello?- realmente le causaba curiosidad el saber por que Zenitsu quería tocar su cabello.

- me parece lindo, eso es todo- dijo sonrojando por sus propias palabras.

- ahg- el pelinegro miro al suelo.

- por favor! Y te haré de comer lo que quieras!- grito desesperado el Agatsuma.

- esta bien, pero solo tocar!!- advirtió.

- Ujum.

Zenitsu se colocó detrás de Inosuke para estar más cómodo y le pidió al contrario que se acercara un poco más para poder alcanzarlo, lentamente Zenitsu fue acercando su mano a la cabeza de Inosuke.

En cuanto la mano de Zenitsu tocó su cabello, Inosuke sintió una calidez y satisfacción increíbles que jamás había sentido, su cuerpo se relajo al instante y toda la tensión de su cuerpo se esfumó como por arte de magia, era como si la mano de Zenitsu hubiese sido creada con el único propósito se acariciarlo, se sintió tan bien que no pudo evitar cerrar sus ojos.

Zenitsu simplemente se quedó maravillado por la increíble suavidad del cabello de su acompañante, y aprovechando que Inosuke estaba distraído, con su mano alcanzó una peineta que estaba en una de las mesitas de noche junto a la cama y la paso suave y tranquilamente por su cabello, y la respuesta que recibió de Inosuke lo dejó aún más sorprendido, pues podría jurar por lo que más quisiera que escucho como Inosuke soltaba un ronroneo como el de un gatito siendo acariciado y eso solo le dio luz verde para continuar.

Se pasaron toda la tarde en esa habitación los dos solos, disfrutando de la cercanía y tranquilidad que les brindaba el otro.

De un momento a otro, Inosuke simplemente no pudo más y terminó quedándose dormido, Zenitsu al darse cuenta dejó de cepillar su cabello dejando la peineta en la misma mesita de noche y se acomodo para recostar la cabeza de Inosuke sobre sus muslos, repartiendo pequeñas caricias al rostro tan lleno de tranquilidad del azabache y jugando de vez en cuando con su cabello. Inconscientemente (o tal vez no), fue acercando lentamente su rostro al del azabache deteniéndose a escasos centímetros de el, admirando una vez más su rostro.