No sabe como llegó aceptar esto, ahora que se miraba en aquel espejo de cuerpo completo se estaba empezando arrepentir de la decisión que tomó... Pero no había vuelta atrás ya había dado su palabra, además de que si eso implicaba poder atrapar aquél criminal, todo valia la pena.
En eso la música empezó a sonar dandole a entender que era su momento de entrar al escenario.
- Es tu turno Cap- avisó Tony por el intercomunicador.
- Suerte Steve, lo harás bien- animaron el resto de los chicos igualmente por el intercomunicador.
- Gracias chicos- agradeció para luego tomar un bocado de aire y armarse de valor para salir.
Antes de continuar retomemos el porqué se encontraba en esta situación. Desde hace unos meses Fury les había informado en una de las tantas reuniones acerca de una nueva organización terrorista, por más que intentaron dar con ellos no lo lograban, no sabían como le hacían pero siempre lograban escapar.
Luego de tantos fracasos, por fin se enteraron que el gran líder de la organización iría al famosísimo lugar nocturno de nombre sexy-night, todo mundo conocí aquel lugar, era muy nombrado por aquellos strippers que daban sus shows, pero no cualquiera podía entrar al sitio, solamente la gente "poderosa" podía hacerlo.
Al enterarse empezaron a idear un plan, tenían que ser lo más sigilosos posibles, no conocían el territorio de aquél criminal y no sabían como actuaría si llegaban así como si nada. En una de las tantas investigaciones donde encontraban poca información referente a él, se enteraron que éste era fan del gran Capitán América.
Entonces a Tony y Romanoff se les ocurrió la brillante idea o más bien la loca idea de porqué no volver al rubio un stripper por aquella noche, irían a un lugar de bailarines y el líder de la organización era fanático del Capitán América, ¿Cómo harían que éste se descuidara de lo que pasaba a su alrededor?, Facil embobándolo con el Capitán América bailando esa noche. No existía mejor plan que aquel que ellos idearon.
El rubio no muy convencido terminó aceptando, aunque la idea sonaba un poco descabellada, está podía funcionar, además de que si no aceptaba eso implicaba tener que idear otro plan, cosa que sería difícil ya que no se le ocurría ninguno.
Llegó el día de la misión, ya todos sabían sus puestos, Nat se encargó de conseguir que el rubio diera el show aquella noche, además del vestuario que usaría, mientras que Stark hizo solo unas llamadas para lograr ingresar al lugar sin problema alguno.
- A su madre, me veo bien sexy- dijo el arquero al verse en aquel caro smoking gris oscuro.
- Yo siempre he sido sexy- contestó Tony egocéntrico, él llevaba un smoking de dos piezas negro, con la camisa blanca y un moño a juego del mismo color del traje.
- Todos se ven muy bien chicos- halagó la única mujer al ver como todos sus amigos llevaban un traje.
- Tú no te quedas atrás- dijeron al ver a la espía con aquel vestido negro ceñido al cuerpo.
- Siento que iré a una gala- habló el arquero nuevamente- Me siento poderoso-
- Y espérate al ver en donde nos vamos a ir- sonrió maliciosa la pelirroja para luego mostrar cuatro juegos de llaves.
- No me digas que..- al arquero se le iluminaron los ojos al distinguir a que coche pertenecían las llaves.
- Espera ¡¿Esas son las llaves de mis autos?!- preguntó exaltado el genio, recibiendo un asentimiento por parte de la mujer- Oh no Romanoff, no les prestaré mis autos, yo conseguí las entradas al lugar y los vestuarios ya hice mucho- trató de quitarle las llaves pero falló en el intento.
