•Howard (38 años) x Steve (20 años)•
•Mención de stony e infidelidad❄️❄️❄️
Todos los objetos que al principio adornaban el bello escrito, ahora estaban regados en el piso.
Todo era un completo caos en aquella oficina.
Su abdomen tocaba el frío de la madera, su cara a pocos centímetros de tocar la parte superior de la gran mesa, mientras sus manos se aferraban con bastante fuerza al otro extremo del escritorio tratando de sostenerse para no caerse, sus nudillos blanquearon hasta el punto de que parecía que estaban clavados.
El eco de pieles chocando con frenética, jadeos, gemidos, balbuceos otros de los tantos ruidos en el lugar.
La mano del castaño se posó en su barbilla con fuerza para hacerlo voltear, uniendo sus labios en un fogoso beso, su lengua explorando con descaro su cavidad bucal, mientras sentía las estocadas más profundas, sus gemidos eran ahogados por la boca del otro.
Un río de saliva empezó a caer de sus labios, su boca abierta mientras jadeaba con dificultad, sus ojos cerrados llenos de lágrimas, su frente empezando a desprender sudor, su cara completamente roja, su cabello despeinado, su rostro era un completo desastre.
En eso sintió como la mano que antes tenía en su barbilla se posicionaba en su miembro, dándole más placer del que ya tenía.
Una gran embestida hizo que el rubio lanzara un gran grito, su compañero sonrió con orgullo, había descubierto el punto débil de su rubio, sin dudarlo dos veces lo atacó con penetraciones rápidas y profundas, haciendo delirar a éste en el proceso, ahora agradecían que nadie estuviera en la mansión si no querían ser descubiertos.
Sus uñas se encajaban con fuerza en las caderas de su amante, sus dedos marcados en la piel de la persona debajo de él, sus glúteos completamente rojos de los golpes recibidos con anterioridad, su cuello y espalda marcadas con mordidas y chupetones, su pecho que aunque no pudiera verse por la posición aseguraba que también tenía marcas.
Amaba ver como los glúteos de su compañero rebotaban con cada golpe, amaba ver como sus manos estaban marcadas por toda la piel pálida desde su cuello hasta sus muslos, amaba como su miembro era apretado por el interior del rubio, pero lo que más amaba era ver los gestos de éste al darle el placer que tanto se merecía, así que sin perder el tiempo cambio de posición sin salir de él, volteándolo boca arriba para apreciar sus gestos, amaba la cara de su amor al estar completamente perdida en el placer.
Su fuerza desaparecía con el paso de los minutos, ahora se sentía débil, no podía ni sostenerse, su castaño siempre sabía como debilitarlo.
El mayor no perdió tiempo y atacó los pezones de su amor, quería volverlo loco de placer hasta que todos supieran que solo era de él, que todos supieran quien lo hacía gritar día y noche, pero lamentablemente no podía hacer eso.
- ¡Joder!... ¡Oh, espERA!....- trataba de poder hablar pero el otro no ayudaba.
- ¡MIERDAAAAA!.....- su respiración cada vez era más agitada hasta al punto de sentir que tenía asma- Más lento- pudo articular por fin la palabra que tanto buscaba pero muy apenas audible.
- Mas duro será- sonrió con malicia.
- ¡¿Qué?!...¡AHHH!...¡OH POR DIOS!-