•Capitán Hydra x Steve•
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Ahí me encontraba yo, detrás de tí inspeccionando cada movimiento tuyo, cada lugar, gesto, atuendo, en tan poco tiempo sabía todo acerca de tí; dónde vivías, que hacías tus días libres, la hora que salías a correr, quienes eran tus amigos, dónde trabajabas, cuando salias de misión, la hora de tu regreso, que comías, que no te gustaba, como te llevabas con las personas, entre otras cosas. Nunca te perdía de vista, era como una bestia acechando a su víctima, tal vez era un poco psicópata, saber más de tu vida que tu mismo, pero eso no era tan complicado técnicamente tú eres yo pero de otro universo.
Unas cosas cambiaban, tú aquí eres un gran ejemplo a seguir, el chico que no rompe reglas, el que sólo sigue órdenes sin importar si esté de acuerdo o no, y yo soy todo lo contrario, chico malo que rompe cualquier regla, que hace todo a su manera y si no estás de acuerdo dile adiós a este mundo porqué yo mismo te mató, a mí nadie me contradice. Me encantaba ver como se ensuciaban mis manos con aquella sangre, como cuando mate a los dichosos vengadores en mi universo, ver la vida de cada uno acabar en mis manos, caminar junto a sus cadáveres observando con satisfacción mi buen trabajo.
Mientras aquí tú parecias llevarte bien con todos, tú eras un gran héroe que peleaba por el bienestar de las personas, eras tan inocente, indefenso, eras un ángel caído del cielo, tal vez eso hizo que desde el momento que te ví te convirtieras en mi propiedad, tu cara tan angelical con esos bellos ojos zafiro que sólo mostraban inocencia pura, hizo que mi mente trabajara a mil por hora imaginando varios escenarios contigo.
Desde el día que llegue a este universo, descubrí que ya no podía salir de aquí, no porqué no supiera como regresar al mío, si no porqué tú me atrapaste con la hermosura que radicas, cada día me agradezco de la gran elección que hice en venir a este universo donde pude conocerte.
Después de que matara a cada vengador ya no había amenaza para mí, estaba aburrido, entonces decidí utilizar aquella máquina que había fabricado Hydra tiempo atrás, la probaría a ver si funcionaba, según ellos te permitía viajar al universo que tú quisieras, no tenía nada que hacer así que porqué no probarla. Universo tras universo, ninguno era de mi agrado, porqué tenía que ser tan aburrido en la mayoría de todos, entonces caí en esta tierra, ahí estabas dirigiendo al grupo de los vengadores, observaba atentamente tus movimientos, me quedé un buen rato viendo, más bien toda la pelea, algo tenías que me atrapó. Decidí regresar a mi tierra, todos mis yo se tomaban en serio el papel de anciano, eran tan aburridos.
Un día, dos, tres, así sucesivamente siguió mi vida, hasta que una semana después decidí ir a tu tierra de nuevo, de todas las que visité la tuya me enrredó fácilmente, acechandote como un halcón arriba de un edificio te buscaba, no fue nada difícil tal vez tenía suerte, estabas en el parque con un moreno, parece que habías acabado de correr.
Día tras día iba a checarte, ahí nació mi obsesión por tí, cuándo nunca me lo imaginé me enamore de ti, por dios si que era raro enamorarte de tú yo de otra tierra, pero no tan raro ya que aunque éramos los mismos, no somos iguales, nuestras personalidades chocan así que técnicamente me enamore de alguien diferente a mi.
Siempre te parseguia en todo momento, parece que tú no te dabas cuenta, más bien nadie, ya que al ser yo un gran agente, soldado y líder de la organización más temida tenía muy buenas habilidades de camuflaje, podía pasar desapercibido a cualquier lugar que fuera, eso me facilitaba cuidarte.
Lo que más amaba, era verte sólo en bóxers, ver tu perfecto torso desnudo dejándome apreciar completamente bien eso grandes pectorales, esos músculos, me encantaba ver esas piernas bastante trabajadas, y uff no se hable de ese gran trasero que te cargas o más bien nos cargamos, imaginaba como se mirarían mis bellas marcas en esa piel tal lechosa, donde le dejaría saber a todos que tenías dueño, que sólo eras mío, simplemente mío, moría por dejarte mordidas hasta verlas sangrar, queria hacerte mío una, otra y otra vez, hasta el grado de que ya no pudieras levantarte de aquella cama.
Por aquellas pantallas observaba como el agua de la regadera caía por tu cuerpo, agradecía mis grandes habilidades al haber puesto esas cámaras en tu departamento, tan pequeñas que ni el más grande agente se daría cuenta, ahora en un piso arriba del tuyo con mi grandes pantallas te observaba detenidamente, fantasiando la veces que te haría mío, practicando todas las posiciones del kamasutra, mientras tú sólo gemias rogando por más, embistiendote salvajemente hasta hacerte sangrar, llenando tu pequeño agujero de mi semen, sentir tu hermosa boca en mi pene hasta hacerte tragar todo, en mi mente ya te había hecho muchas más cosas peores de las que mencioné.
Te voy acechar día y noche, te voy a comer vivo, tal vez quieras esconderte pero no lo lograrás, debes aceptar tu destino, no podrás escapar de la bestia, tu condena apenas empezó.
Desde el día en que te vi tú ya me pertenecías a mí, no importa que el universo nos separe, yo siempre estaré detrás de tí, aunque tú no sepas de mi existencia muy pronto lo sabrás, no intentes alejarte porqué yo mismo haré lo que sea con tal de tenerte a mi lado, así tú no estés de acuerdo ya eres mío, mataré a todo aquél que se cruce en mi camino, como esa tal Sharon Carter, Sam Wilson, Brock Rumlow, medio SHIELD y medio mundo, así tenga que matar a todos, desaparecer está tierra con tal de que solamente seas de mi propiedad no dudes que lo haré, eres mi presa y ahora más que nunca que estoy por conseguirte me detendré.
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En aquella habitación se apreciaba al gran héroe nacional con sus manos amarradas a la cabecera de su cama, con sus ojos vendados, una mordaza y completamente desnudo, trató de safarse tantas veces, se sentía tan miserable en aquella situación, no supo ni como llegó a eso, sólo recuerda haber tomado un vaso de agua después de haber llegado de esa gran misión, estaba cansado quería descansar, se tomaría una siesta para luego despertarse y tomar un baño, y como lo dijo hizo lo que quería, pero al despertar se encontraba en esa situación, siendo sometido por alguien que no sabía ni quién era.
Gritos de exitación y dolor, gemidos, jadeos hacían eco en las paredes, Hydra miraba con deleite aquél gran cuerpo debajo suyo, mordidas en sus pezones, cuello, caderas, glúteos, muslos empezaban a sangrar, sus dedos marcados en la pequeña cintura, embestía con salvajismo al pobre rubio que sólo se removía de dolor, por dios eso le quemaba como el infierno, era tan torturoso, lágrimas empezaban a deslizarse por su mejilla, aunque le dolía aquello admitía que se sentía tan bien, aquella persona lo hacía sentir tan genial, tal vez era masoquista, le estaba gustando que lo trataran de aquella manera, sin pensarlo cegado por el inmenso placer empezó a pedirle que fuera más rápido, el otro a pesar que tenía la mordaza parece que lo escucho porqué aumento la velocidad, cada empujé lo hacía delirar, encajaba con fuerza sus uñas en aquella gran espalda, sus pies encajados en aquellas sábanas.
Sentía su cuerpo temblar, escuchaba la cabecera de la cama chocando con fuerza en la pared, sus pieles chocar, sin duda alguna los vecinos sabían lo que pasaba ahí, derrepente sintió sus nalgas siendo agarradas con bastante fuerza haciéndolo gritar, gritó que fue tapado por la mordaza que traía, la fuerza cada vez aumentaba, sentía su trasero ardiendo.
Hydra sonrió con superioridad al ver el gran trabajo que hizo, observaba con satisfacción como su semen acompañado con sangre salía de aquél gran trasero, oía la respiración bastante agitada del otro.
- No creas que ya acabamos preciosura, ¿Listo para otra ronda?-
Sin dar permiso a que el otro respondiera o asimilara lo que escuchaba, entro de nuevo en él con una gran precisión y fuerza haciendo al otro encorvarse por tan grande invasión, sacándole un gran grito.
Hydra lo supo en ese momento, en el primer momento que su miembro era apretado por aquél pequeño agujero, supo que éste pequeño ángel sin duda alguna sería su perdición.
Esta sería una gran noche, y la disfrutaría como se debía.
