Capítulo 4

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De repente me encuentro con Annabeth ante mi cara como si estuviese esperando a que me levante. Me senté sobre la cama, ella me saludó y ahí le pregunté porque estaba en mi cabaña, ella me explico que estaba allí porque tenía que avisarme que en una hora teníamos una reunión general de todo el Campamento para algo importante que no quise preguntar.

Me bañe y cambie rápido y cuando salí de la cabaña me estaban esperando Laura, Annabeth y Percy, en el modo en que Annabeth y Percy se hablaban y agarraban de la mano deducí que eran novios.
Cuando llegamos al lugar dónde había sido el banquete la noche anterior supuse que ahí sería la reunión ya que estaba llena de chicos de mi edad y más grandes. Todos parecían guerreros que acababan de volver de alguna misión o algo así como sea que le dijeran los semi-dioses.

De repente me di cuenta me había quedado parada tanto tiempo que un chico se tropezó conmigo.

- Ay disculpa-le dije al chico.

- No hay problema-dijo el- por cierto soy Leo.

-Bianca- dije observando lo lindo que era... Basta Bianca, no debes pensar en chicos.

- Bueno, creo que te veré luego-dijo Leo- gusto en conocerte.

- Lo mismo digo-me atreví a decir derritiéndome frente a el, lindo y encima dulce... Era mucho para ser mi primer día aquí, y eso me decía que la iba a pasar mejor de lo que esperaba.

En el mismo instante en el que deje de pensar en Leo una voz empezó a hablar, se presentó como Dionisio, el dios del vino, contó que estaba a cargo gracias a Zeus y que a el no le gustaban los chicos y que nunca quiso estar a cargo del Campamento, muy amigable parecía. Después de eso anunció que se haría una misión importante y que mañana diría los que participarían en la misión. Ojalá que no sea yo- pensé, digamos que apenas se cortar la comida con el cuchillo, ahora no pretendan que haga cosas de semi-dioses guerreros mucho mas que entrenados.

Annabeth en multimedia

Bianca y el Príncipe semi-dios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora