8. La moto

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El señor Darlin era taaaaaan aburrido, creo que me importaba más destrozarle el corazón al chico misterioso que sus clases. ¿Porque al fin y al cabo eso es lo que dije que haría no? Cumpliría con ello.
Eran casi las nueve de la noche, yo estaba en mi cuarto leyendo mientras que mis padres estaban de cena y mi hermana fuera, ella ya había hecho amigos, al contrario que yo. Pero, entonces mi móvil empezó a soñar, lo cogí, deseando que no fuera la pesada de mi hermana.
-¡¿ Carla eres tú?! Necesito tu ayuda - exclamó con la respiración acelerada al otro lado de la línea una voz grave.
- ¿Hugo? ¿ Qué.. qué pasa? - le contesté rápidamente.
- Carla estoy en la calle Lorenzo, a tres calles del centro, ayúdame, estoy en apuros, nos vemos aquí. - fue lo único que me respondió antes de colgar.
Me puse lo primero que pillé antes de salir de casa y dirigirme a esa calle.
No había nadie, si como habéis oído queridos lectores, nadie. Estaba a punto de llamar a ese idiota justo antes de que mi móvil brotara al suelo consecutivo de un chillido mío.
- ¿Asustada nueva? - exclamó este.
- ¡¿ Pero tú eres imbecil?! ¿Sabes el susto que me has pegado?- le bufé en la cara.
- ¿Cómo? ¿Que te preocupas por mí? Ayy si te importo y todo - exclamó irónicamente.
- Ya quisieras tú importarme algo - le solté bruscamente antes de intentar alejarme.
- ¡ Espeeeera ! -consiguió gritarme - No te he traído aquí para nada, sígueme.
Pase de la broma de que estaba en auxilio porque no se por qué, no me sorprendió. Este tío era un gilipollas.
Vi que me estiraba un casco para subir detrás de su moto, me quedé paralizada, nunca había subido en una por mucho que me gustaran, mamá me mataría y luego enterraría mi cadáver aún enfadada posiblemente.
Accedí con un poco de vergüenza e insegura, y me subí detrás, posiblemente me arrepentiría de esto.
Me agarre a él con fuerza y se empezó a reír -imbécil- susurré, pero lo bastante fuerte como para que me oyera, se calló, pero yo no le solté, no permitiría caerme , iba a demasiada velocidad.
-¿ A dónde me llevas ? -le grité un poco aterrorizada aún por la moto.
- Al sitio que no debe ser nombrado. - contestó riendo.

Mientras dureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora