Serían las nueve de la mañana cuando sonó el timbre de mi puerta, esperé y esperé pero nadie abrió. Me tocó bajar a mi a abrir la puerta pero me esperaba de todo menos aquella persona. Raquel.
- ¡Tia no sé nada de ti desde la fiesta! ¿dónde te habías metido? - pregunté porque en mi cara ya se podía ver lo preocupada que estaba de ella.
- Carla perdón por no contestarte a las llamadas he tenido un finde súper ajetreado, y también he tenido movidas con mi padre... - dijo con tristeza en la cara. Y ahí fue cuando giré la cara y vi dos maletas en el suelo.
- Espera, ¿te vas de casa? - contesté aún un poco adormecida.
- Necesito despejarme, sabes cómo es mi padre, ¿puedo pasar aquí la semana? si a tu familia le da igual claro.
- Pues claro, entra, ahora están trabajando pero cuando vengan se lo contamos todo ya verás como te dicen que si, no te van a dejar en la calle - respondí haciendo un gesto para que entrara.
- Muchas gracias carla de verdad, no sabes lo agradecida que estoy - me contestó ella a lo cual le dirigí una sonrisa de contestación.
- Vamos a descansar un poco, es pronto - le dije nada más subir y dejando sus maletas en mi habitación.
Cuatro horas despues
* Llamada entrante * fue lo que leí en la pantalla de mi móvil antes de contestar.
- ¿ Diga ? - dije con una voz de dormida total y sin haber leído ni siquiera el nombre de la persona que había llamado porque los ojos no me daban para tanto.
- Hola Carlita - dijo una voz familiar al lado de la línea.
- ¿¿¡¡Carlos dios eres tú!!?? - grité tan fuerte que casi despierto a Raquel, pero es que no me esperaba su llamada, llevaba sin hablar con él casi un mes y no sabía nada de él, no había podido comunicar ni con María, su madre.
- Si si soy yo lo siento por no hablar contigo, este mes me ha pasado de todo - contestó con voz triste.
- Empieza a contarme - le contesté.
Una hora más tarde seguíamos hablando, bueno hablando y llorando. Me había estado contando que se murió Lucas, su perrito, hace tres semanas. Para mí Lucas era importante, había estado con ese perrito desde que conozco a Carlos, y sé lo importante que era para él y para toda su familia. Y por si no fuera poco su madre había tenido un accidente con el coche y estaba en la UCI. Debería estar pasándolo fatal Carlos...
Justo después de colgar mis padres ya habían venido de trabajar, era la hora de comer.
- ¡ Mamá, papá, Elena ! - chillé bajando por las escaleras.
- ¿Qué pasa Carla ? ¿y esos gritos? - preguntó mi madre antes de mirar la cara que tenía.
- Sentaros en el sofá, tenemos que hablar - contesté aún secándome las lagrimas por lo de Lucas.
Media hora después estábamos todos en el salón con los ojos rojos de llorar, cuando bajó Raquel.
- Mierda, se me olvidó por completo - susurré por lo bajo.
- Raquel se queda unos días - solté rápido, así tal cual.
- Si... si es que han habido movidas con mi padre otra vez pero no quiero molestar - dijo ella.
- No no claro que no, siempre eres bienvenida. Anda pasa, vamos a poner la mesa y a comer todos pasta.
- Muchas gracias - fue lo último q dijo Raquel antes de sentarse. Lo que no sabíamos nadie es que diez minutos después iba a entrar Rafael, su padre, hechando chispas de furia y enfado.
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Mientras dure
Teen FictionLo primero que os quiero decir, es que no confiéis en nadie, ni en esta novela, ni posiblemente nunca, a pocas personas se les conoce realmente. Ahora, empecemos. Carla es nueva en la ciudad, pero no sabe que allí conocerá a su primer novio, ¿un poc...