🎄9🎄

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🦌Lander🦌

Así que a pesar de lo incómodo que fue fingir que el beso nunca sucedió, Lander se quedó hasta el final de la semana, porque le sabía mal rechazar la hospitalidad de los Bellamy. O al menos eso se decía para convencerse de que no había más razones para haberse quedado en aquel apartamento por tanto tiempo.

El momento de seguir adelante había llegado y ya no tenía sentido seguir postergando lo inevitable. Simon necesitaba volver a su vida y Lander también. De hecho era lo mejor. Tenía que serlo. Por otro lado, no podía dejar de  pensar en las palabras de Nord y Leonore. ¿Y si ellos tenían razón y estaba perdiendo una buena oportunidad?

Era tan difícil saberlo. Pero no tan difícil como estar parado frente a la pequeño Lucas, sabiendo que iba a romperle el corazón al despedirse.

—¿Por qué tienes que irte?— murmuró él niño. Sus grandes ojos azules ya se mostraban brillantes.

Lander se mordió el labio inferior y al final optó por arrodillarse frente al pequeño para poder estar a su altura. En verdad le había tomado cariño. ¿Y no era eso asombroso? Unos cuantos días y Lander no quería dejar ese apartamento. No quiría perderse la oportunidad de estar ahí por las noches y compartir una cena con personas calidas. El saber que no volvería a ayudar a Lucas con su tarea lo hacía sentir tan frío por dentro. También echaría de menos hablar con Poppy y ver a Simon... sacudió la cabeza. Debía dejar de pensar en ello.

—Algún día debía hacerlo. Esto era solo temporal ¿recuerdas?— le dijo con suavidad, acunando una de sus mejillas.

—¿Pero por qué?

No supo que decir a eso. Y a decir verdad, muy en el fondo sé hacía la misma pregunta ¿Por qué debía irse? Entonces estaba esta molesta párate de su ser que tenía una respuesta para todo: «Debes irte porque estás demasiado asustado de dar un paso al frente y a rriesgarte». La verdad era tan difícil de digerir; tragó en seco buscando las palabras adecuadas para responder.

—Porque es así como debe ser. Tengo un trabajo al cual volver y…

—Y aún así no tendrías porque irte— insistió el niño.

—Lucas— Simon dió un paso al frente. Su tono era suave, pero había una firmeza difícil de ignorar. Para Lander tomó todo de sí el no alzar la cabeza. La necesidad de verlo era abrumadora. —Es suficiente.

—¡Pero yo no quiero que se vaya!

La reacción del niño lo tomó tan desprevenido que terminó echándose atrás, cayendo sobre su trasero. No tuvo tiempo de decir nada porque Lucas salió corriendo y poco después se escuchó el sonido de una puerta cerrándose con más fuerza de la necesaria. Okey, eso había salido peor de lo que esperaba. Sabía que Lucas reaccionaría de alguna manera, pero no así de mal.

Simon le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie. La tomó con cierta aprensión porque el solo toque de ese hombre le hacía sentir tanto... seguía sin poder explicarse por qué era así.

Cuando estuvieron frente a frente Simon le dedicó una sonrisa tensa antes de apartar la vista. Empujó las gafas por el puente de su nariz con un gesto elegante. Dios, incluso extrañaría eso.

—Lo siento— murmuró— no era mi intención hacerlo sentir mal.

—No es tu culpa— el mayor suspiró— Lucas debe entender que a veces las cosas simplemente no pueden ser.

—Uh-huh— Poppy soltó un bufido llamando la atención de ambos. Ella tampoco se veía feliz y Lander hasta creía discernir cierta irritación en su expresión— Hay una diferencia muy grande entre "las cosas no pueden ser" y "soy demasiado obstinado para averiguar cómo podrían ser".

Un regalo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora