7. Dos meses.

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Sus ojos se abrían lentamente, los sentía pesados y cansados, como si no los hubiera abierto en mucho tiempo, la siesta más larga que había tenido sin duda. La luz blanca de la habitación lo cegaba, le lastimaba mucho la vista. Que alguien rompa el bombillo, por la sagrada Diosa de la Cola.

-Oh, nuestro paciente especial se encuentra despierto, buenos días, joven Edward, espero que su sueño haya sido de lo más satisfactorio —Escuchó una voz desconocida que venía desde arriba.

-¡Ah, es la Diosa de la Cola! —Gritó asustado mirando a todas partes, eso provocó que comenzará a toser.

-Negativo, joven Edward, no soy lo que ustedes llaman deidad. Me presento, soy la unidad médica autónoma encargada del cuidado y bienestar de los miembros de la Armada Roja y todos los individuos que puedan encontrarse dentro de las instalaciones de esta base, nombre clave: U.M.A -.

-¿U.M.A? Bueno, ¿Y dónde estás? —Volvió a mirar a su alrededor con algo más de calma, pero aún así tosió un poco.

-No poseo una forma física, soy una inteligencia artificial cuyo núcleo está vinculado a los servidores principales de la Base, lo que me permite acceder al control principal y tomar el mando de las cámaras, robots y sistema de seguridad de la base; pero si para su comodidad necesita tener un punto a lo cual referirse a mí puede mirar sobre su cabeza -.

Edd levantó la cabeza y vio aquella semiesfera en el techo, la cual se iluminaba con una luz azul cada vez que U.M.A hablaba.

-Oh. Hola —Saludó con la mano.

-Saludos, joven Edward -.

-¿Estoy... en la Armada Roja? —Miró hacia el ventanal a su izquierda.

-Afirmativo, joven Edward, se encuentra en el área de Cuarentena de la Base principal, la cual nuestro gran Líder Rojo ha dado el seudónimo de "Cuatro especial". Solicite su traslado al área de Cuarentena por el extremo deterioro que detecte en su cuerpo, el Líder Rojo ordenó mantenerlo en estado de suspensión para asegurar su seguridad y estadía en el área de Cuarentena. Por favor, joven Edward, no se mueva mientras le administro nuevamente el fármaco —Del techo salió un brazo largo y mecánico con una inyectadora en su punta, la cuál tenía líquido adentro.

-No quiero —Edd golpeó aquella aguja e hizo que ésta se desprendiera del brazo y volará hacia la puerta, clavándose a centímetros de ésta y de Tord que iba entrando.

-¿Pero qué...? —Miró confundido la inyectadora clavada en la pared y después volteó a la cama del castaño— Debí imaginar que serías tú, Edd... Un momento, ¡¿Edd?! Pero... —Se acercó rápidamente a la cama del chico— ¿Qué demonios haces despierto? -.

-Bueno... Sólo desperté, y estoy aquí y... Espera, tú... ¡Tú querías matarme! —Edd se levantó sobre la cama señalando al castaño rojizo.

-En primer lugar... —Chasqueo los dedos y dos brazos mecánicos salieron del techo y sujetaron a Edd de las muñecas firmemente— No quise matarlos, ustedes me orillaron a esto porque no quisieron renunciar a su independencia y libertad para servirme en mi ejército. Todo se hubiera solucionado si sólo se hubieran quedado, si sólo no fueran tan tontos como para huir, Edd. Y, en segundo lugar, mis soldados y robots no pretendían dañarlos, las armas no tienen balas reales, son de goma y mis generales tenían dardos —Alzó los hombros como si se tratará de algo normal y común, sin importancia alguna.

-Pero... ¿Eso significa...? -.

-Así es, viejo amigo, sólo quería tenerlos conmigo —Se acercó a la cama y se sentó al pie de ésta— He estado bajo mucho estrés y sólo quería tenerlos a mi lado, estar a cargo de un ejército es duro, Edd... —Miraba al chico con total tranquilidad, Edd veía en ese momento al antiguo Tord, a su mejor amigo Tord.

Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora