4. Nace La Rebelión Azul.

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La luz entraba por la ventana de la habitación, junto al viento que movía las cortinas verdes, un tono más oscuro que el cuarto lima que decoraban. Un ventilador en el techo era lo poco que se oia además de unas voces del otro lado de la puerta.

-Agh... ─Matt abrió lentamente su ojo, encontrándose la borrosa vista del ventilador de techo que giraba a una velocidad que proporcionaba un poco de aire─ ¿Donde...? -.

Se sentó en esa cama de sabanas color olivo y colchón blanco. Se tocó la parte izquierda de su cara, donde sentía un gran dolor, encontrando que esa parte estaba vendada y manchada con algo de sangre. El sentir eso hizo que su miedo se manifestará, teniendo la incontrolable necesidad de verse en un espejo.

-Mi cara... ─Pronunció con temor removiendo las sabanas de encima de él, corriendo hacia una puerta frente a él donde se encontraba el baño, viéndose en el espejo del lavamanos.

Unas lágrimas brotaron de su ojo al ver la venda pasar por su cabello y cubriendo su ojo izquierdo, manchada con algo de sangre. No podía evitar sollozar al ver cómo estaba. Su hermosa cara estaba arruinada, tanto trabajo que hizo para que fuera hermosa, todo se fue por el traste.

Salió del baño, llorando por lo bajo e intentando secar sus lagrimas, dirigiéndose a la puerta, pero cuando justo iba a tocar la perilla para salir, ésta comenzó a moverse, provocando que él se alejara. La puerta se abrió hacia él, mostrando a su amigo de sudadera verde, quien traía una bandeja con algo de sopa caliente y un vaso de té, también una cara que indicaba que estaba triste y molesto, quizás frustrado o preocupado, pero su mirar estaba hacia abajo, hasta que levanto la vista y se encontró con su amigo vendado.

-Matt, despertaste ─Sonrió de inmediato, pero su sonrisa podía notarse que era nerviosa, quizás algo forzada, porque la verdad no quería sonreír en ese momento.

-Edd, mi cara-... -.

-No deberías estar levantando ─Sujeto la bandeja con su mano izquierda y pasó la derecha a la espalda de su amigo, para guiarlo a la cama nuevamente y que descansará─ Necesitas descansar, no creo que sea bueno que te levantes por un tiempo, ¿Okey? -.

-Pero, Edd, ¿Qué sucedió? Me duele la cara, ¿Sanaron mi ojo? ─Preguntaba mientras su amigo lo volvía a cubrir con la sabana por las piernas y dejaba la bandeja sobre éstas.

-No te preocupes, Matt, nosotros nos encargaremos de todo, ¿Bien? Sólo come y relájate, tu ojo está bien, sólo necesita tiempo, ¿Okey? ─Su sonrisa tan forzada comenzaba a verse... desagradable. Tan desagradable que su amigo comenzaba a dudar de sus palabras, algo estaba mal y Edd no se lo quería decir.

-¿Todo está bien, Edd? -.

-¡Perfecto! No te preocupes, estás en mi habitación, así que puedes sentirte cómodo ─Decía dirigiéndose a la puerta para salir─ Iré a hablar con Tom un momento, volveré en un rato para ver si necesitas algo, ¿Bien? ─Abrió la puerta y miró a su amigo sobre el hombro─ Te veo luego ─Y terminó de salir.

Matt miraba con inseguridad y duda la puerta, no creía en las palabras de su amigo. Él no era tan tonto como podría parecer, sabía que algo andaba mal, la actitud de Edd lo delataba.

Quitó la bandeja de sus piernas y la dejó sobre los cajones al lado de la cama para quitarse la sabana y levantarse, caminando silenciosamente hasta la puerta para salir. Una vez en el pasillo, escuchaba las voces de Edd y Tom en la sala.

-¿Qué vamos a decirle? ─Preguntaba Edd a Tom que estaba parado frente a él.

-No podemos decirle la verdad ahora, entrará en pánico. No soy doctor, así que tendremos que buscar uno -.

Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora