Cuarentena. Edd estaba recostado en la cama, en sus brazos estaban un par de jeringas conectadas a unas sondas que extraían su sangre y la llevaban a unas bolsas, aunque las sondas eran muy pequeñas y no sacaban una gran cantidad.
-Sorprendente. Sigo sin creer que hasta tu sangre cambiará de color. Si logramos estabilizar tus poderes, esto podría ser una evolución para la humanidad. Haremos historia, Edd —Decía revisando las bolsas.
-Sí... —Respondió fríamente girando su cabeza al otro lado.
Tord frunció el ceño. Le irritaba. Le irritaba mucho la actitud del castaño, sabía que lo hacía a propósito. Él dijo: "desde ahora, yo te serviré... Señor mío". Esas palabras, cumplía lo que decía. Hacía lo que le ordenaba, pero de una manera tan fría y... complaciente, le daba asco. El chico sabía que lo molestaba, Tord quería que se quejará, que se negará, pero Edd lo conoce demasiado bien. No le dará el gusto de verlo enojado o disgustado. Él quería que le sirviera, ¿No? Le estaba dando exactamente lo que quería. A Tord no le gustaban las cosas fáciles, él lo sabía muy bien.
Desde esa gala, ellos estaban en guerra. Una guerra fría dónde pierde el que ceda primero.
Tord suspiró y se sentó en la cama.
-Ya han pasado días desde que te hice volver, ¿Podrías al menos mirarme? —Miraba con seriedad al castaño.
Él guardó silencio.
-Es una orden -.
Volteó de inmediato, dándole vista de sus fríos ojos verdes y brillantes. Su barba rasurada y un poco más de color en su rostro. Gracias a la extracción de sangre, su condicion mejoraba, quizás porque obligaba al núcleo a regenerar lo perdido para mantenerse y así sanaba más su cuerpo, una solución beneficiosa para ambos ya que Tord planeaba usar su sangre para crear sus propias fuentes de energía nuclear para su base.
Edd lo miraba fijamente. Tord se sonrojó ligeramente por eso, viendo tímidamente hacia abajo.
-No había notado que... ahora tus ojos son verdes... —Comentó en un susurro.
-¿Lo son? U.M.A —Al llamarla, del techo salió un espejo proporcionado por esa inteligencia artificial— Es verdad... Creo que no me di cuenta -.
-Te quedan bien... -.
-¿Es así? Mmm... Tal vez tenga razón, Señor mío —Volvió a mirarse al espejo.
Esas palabras hicieron estremecer a Tord. "Señor mío", debería agradarle porque mostraba respeto, pero le asqueaba y decirle que parará era aceptar que lo hacía sentir mal. Su orgullo no se lo permitiría.
-Edd, creo que debería-... -.
-Líder Rojo, señor —Mike entró a la habitación de improviso.
Tord lo miró sobre el hombro, una sombra oscura lo cubría. Eso hizo que el de pelo negro se estremeciera y se tensará.
-¿Qué pasa? —Lo miraba tan fríamente que parecía que lo congelaría en cualquier momento. Su voz era más profunda que las mismísimas infinidades del averno.
-P-Perdón por m-molestarlo, señor —El azabache se paró tan firme como pudo— S-Se le so-solicita en el área d-del transmisor, L-Líder Rojo -.
Tord suspiró.
-Bien... —Se levantó de la cama y se dirigió con calma a la salida.
Mike suspiró de alivio.
-Difícil el líder, ¿No? —Comentó Edd— Debe ser agotador vivir con miedo de lo que te pueda hacer -.
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Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]
RandomEdd, Matt, Tom y Tord son un grupo de amigos que se dedican a vivir aventuras casi todos los días. Un día, Tord se fue del grupo para ir a cumplir su sueño en la gran ciudad, regresando mucho después. Su regreso sólo trajo su traición y sus verdader...