10. Pasado: en dos meses Parte 2/3.

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Podía sentir un fuerte dolor arriba de su cadera, en ambos lados. Aún se sentía adormilado, quería seguir durmiendo sin ser molestado pero el dolor no se lo permitía. También había un repetitivo sonido que podía escucharse entre todo el silencio. Rendido ante el dolor, decidió abrir los ojos.

-Agh... ─Al principio, su vista era borrosa y juraría que era como ver a través de una pantalla. El lugar donde estaba se hacía cada vez más claro, de hecho, era iluminado por una fuerte luz blanca y el color de la sala le hacía difícil saber hasta donde estaba el piso.

Era una sala muy grande en espacio, el techo no era innecesariamente alto, más bien, lo suficiente para que uno no se sintiera claustrofobico. Habían varias cortinas por toda la sala, quizás ocultaban más camas. El color del lugar, las camas, el recién descubierto equipo de medición de signos vitales y la mujer vestida de blanco anotando quien sabe qué en un portapapeles le dejaron muy en claro que se encontraba en una especie de hospital.

-Ah, hey, ¿Quien es usted? ─Preguntó Tom a la mujer castaña a su lado.

Ella reaccionó mirándolo con sorpresa y dando un pequeño brinco del susto. Sostuvo fuertemente su portapapeles y salió a paso veloz de ahí, pues la cama de Tom era la primera después de la puerta.

-Ah, ¿Okey? Que raro ─Se logró acomodar para sentarse, pero de inmediato sintió un pequeño dolor sobre su cadera, que provoco que llevará sus manos a ese lugar─ ¿Qué rayos? -.

Traía puesta una bata de hospital, por lo que no podía ver lo que tenía ahí. Tenía un cable de suero inyectado en su brazo y cables en su pecho que lo conectaban con el monitor cardíaco y otras dos maquinas que median sus signos vitales.
Se sentía mareado y por reflejo llevo su mano izquierda a su frente, notando que tenía puesto un visor.

-¿Qué es esto? ─Lo toco de adelante a atrás e intento quitarse, pero apenas lo hizo sintió un fuerte choque eléctrico─ ¡Agh! ¡Demonios! -.

Decidió dejar tranquilo aquel aparato y examinar el lugar. Todo estaba borroso, debía aclarar su mente. Lo ultimó que recordaba era que estaban intentando escapar de la Base Roja. ¡Claro! Ahora lo reconocía; estaba en la enfermería de la base. Debía escapar, salir de ahí cuanto antes. Edd, Matt, ¿Dónde estaban? ¿Los habrán capturado también? Tenía que encontrarlos.

-Debo salir de aquí antes de qué alguien venga ─Comenzó a quitarse la vía del suero y despegarse los cables de las maquinas, provocando que el monitor cardíaco indicará que no detectaba nada, lo que asustó a Tom por un momento.

Se levantó y miró a todas partes, viendo que su ropa estaba tirada en el escritorio del fondo. Fue hacia él a paso veloz. Llego y se comenzó a quitar la ropa, dándose al fin cuenta de por qué le dolía. Tenía dos cicatrices a ambos lados de su torso, en el lugar donde estaban sus riñones.

-¡Santa cabra con vestido en un restaurante chino! ¡¿Pero qué me hicieron?! ─Pasó sus dedos por esas marcar, las cicatrices parecían estar sanando bien, casi no se veían, lo que indicaba que tenían tiempo, no mucho, pero no eran tan reciente.

No podía concentrarse en su salud ahora, debía salir de ahí. Rápidamente comenzó a vestirse, quizás esté un poco desarreglado pero no tenía importancia ahora. Al estar listo se dirigió a la puerta, pero freno apenas ésta fue abierta. Quedo justo frente a su cama y a las personas que entraron.

-¿Lo ve, señor? Le dije que había despertado ─Pronunció la mujer al estar dentro, mirando hacia afuera donde estaba la persona con la que hablo.

-Hiciste un buen trabajo en llamarme, Tina, retírate por ahora ─Ordenó Tord, quien iba entrando junto a sus dos generales. Traía las manos atrás, una mirada de seguridad y malicia como su sonrisa.

Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora