12. Señor mío.

296 24 8
                                    

Mark estaba parado en medio de un viejo almacén, ahí iba a reunirse con esa persona después de tanto tiempo. Eduardo los contactó, después de casi tres meses sin saber nada de él, después de toda la angustia que sentía por él. Finalmente, él vendría a darles provisiones y armamento, y lo más importante, a mostrar que está bien.

Para llevar todo, Mark venía acompañado de quince personas, entre ellas estaban Matt, Todd y Edd; quién estaba encondido en el techo, pues realmente no quería ver a su rival, ya se sentía demasiado mal como para toparse con él también, aunque haya ayudado a su amigo eso no cambiaba nada.

Las puertas del almacén se estaban abriendo, dejando ver la figura de su líder y amigo, junto a varios más.

Pero, ¿Cómo llegaron a eso? Bueno, hay que retroceder unos días atrás.

*

*

*

-Señor Edward, ¿Podría ayudarnos? Hay una gran roca que nos bloquea el túnel de escape que estamos construyendo, sería grandioso que la destruyera para poder seguir avanzando —Dijo aquella rubia, la señorita S.

-Espera un poco, mujer, ¿Qué no ves que le estoy sacando sangre? —Se quejo el fumador, el Doctor D.

-¡No lo digas! —Gritó Edd, quién era abrazado por Todd que le cubría los ojos.

-Quiet up, my boy. Piensa en cosas bonitas, se terminará pronto, come on —Le acariciaba el cabello para consolarlo.

-Fascinante —D revisaba el contenido de la geringa. La radiación avanzó tanto que ahora la sangre de Edd era verde, puro líquido nuclear, ¿Cómo demonios seguía con vida? Era inaudito.

-¿Terminó? —Edd miró por el rabillo del ojo.

-¿Terminar? ¿Ya viste esto? —Le acercó la geringa— Tu sangre se volvió líquido radiactivo, eres una maldita planta nuclear viviente. Analizaré esto, quizás aún quedan glóbulos rojos en tu sangre, quizás no has muerto porque ese núcleo que dijiste te mantenga con vida, pero a un costo muy alto -.

-To-... El Líder Rojo dijo que me hicieron trasplantes de órganos, todos excepto mi corazón fueron reemplazados porque estaban muy dañados —Decía quitándose el torniquete y poniendo su dedo en el lugar donde fue clavada la aguja para que dejara de gotear.

-Mmm... —El doctor dejó caer una gota al suelo, pero ésta sólo cayó sin derretir el suelo— Interesante... No diluye el suelo ni me está quemando la piel. Quizás, aún sea sangre pero las partículas de radiación la hicieron cambiar de color. Haré algunas pruebas, pero aunque tengo un buen equipo aquí me tardaré un poco y no sé hasta donde me permita llegar, no está completo -.

-¿Equipo? —Edd se recostó de Todd, en sus ojos se notaba el cansancio.

-Sí, Eduardo logró conseguirnos equipo de laboratorio y médico hace casi tres meses, antes de dejar de comunicarse, aunque por temor a que lo atraparán no pudo conseguir todos los equipos necesarios —Respondió Todd levantando su dedo índice mientras Edd se acomodaba en su pecho.

-Sí, no será tan eficiente, pero tengo la pistola de diagnósticos y un buen suministro de medicamentos, para mí eso es suficiente. Los equipos sirven más para el análisis de muestras o tratamiento de enfermedades crónicas. A nadie le ha dado cáncer o sida hasta ahora, así que realmente no estamos mal -.

-¿La Armada Roja encontró la cura del cáncer y sida? —Cuestiono Todd muy sorprendido.

-Pff... Por supuesto que sí, eso ya está inventado, pero siempre es mejor tenerlo como as bajo la manga para algún político u organización que necesite calmar a las masas y pueda pagar. El Líder Rojo no da nada de grátis y el gobierno tampoco —Dijo tan serio y restandole importancia, como si se tratará de lo más normal de mundo.

Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora