El sol se asomaba por el horizonte dando inicio a un nuevo día.
En un edificio de tres pisos, en el último estaban los apartamentos del trío de amigos.-Agh... —Un chico joven, castaño y de ojos marrones se estiraba en su cama— ¿Qué hora es...? —Miró a su lado izquierdo donde estaba su reloj y una foto de sus amigos, junto a él— Ocho y diez... -.
Se quitó la sabana para sentarse en la cama (sin notar que su compañero felino estaba en ella y lo cubrió con la sabana), se rasco el ojo derecho y se levantó para ir al baño al otro lado de su habitación, la cual era bastante pequeña y el baño no se quedaba atrás.
-Buenos días, yo —Le guiñó el ojo a su reflejo y tomó su cepillo verde para limpiar sus dientes.
«Espera... Soné como Matt» Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar que había actuado como su narcisista amigo de pelo naranja.
Terminó de hacer sus cosas y se mojó la cara para poder despertarse un poco más para cocinar y no quemarse.
Salió del baño para ir a la cocina, pero escuchó unos gruñidos venir de su cama y algo moviéndose en la misma.-¿Ringo? —Quitó la sabana dando a revelar a su compañero peludo mirándolo con enojo— Lo siento, Ringo, mi error —Dicho eso, tomó al felino entre sus brazos y le acarició la cabeza, cosa que el minino disfrutó bastante.
Siguió su camino a la cocina, saliendo de su habitación y entrando a la pequeña habitación detrás de la pequeña sala.
Bajó al gato y le fue a servir su comida para gatos y leche para lavarse las manos y comenzar a cocinar.-Otra mañana cualquiera... —Limpiaba unos platos de la cena de pizza de anoche, como era costumbre, sus amigos venían a su casa a comer, ver televisión y convivir todos los días.
Claro, a Edd eso no le molestaba, le encantaba, le hacía recordar cuando todos vivían juntos en su casa a las afueras de la ciudad. Los viejos tiempos. Aunque, le gustaría que ayudaran más a limpiar al terminar la "fiesta", le dejan todo a él, pero siempre era así; ya era rutina levantarse y limpiar lo que ensuciaban la anterior noche.
-Veamos, ¿Dónde dejé el cereal? —Edd buscaba en sus alacenas la caja de su cereal favorito.
En eso, tocaron la puerta.
-Argh... —Un chico con una franela blanca y un pantalón a cuadros blanco y negro entró al apartamento, seguido de un chico con una pijama morada muy elegante.
-Matt, Tom, buenos días —Saludo Edd sacando el cereal de la alacena.
El de cuencas vacías sólo gruñó y entró a la cocina, sentándose en la mesa que estaba ahí.
-Ah, ¿Qué te sucede, Tom? —Lo miró extrañado dejando el tazón de cereal del chico a un lado.
-Hola, Edd —Le saludo sonriente el chico de ojos azules sentándose en la silla al lado izquierdo del ropas de ajedrez.
-Matt, ¿Qué le pasa a Tom? -.
-¿Tim? Oh, es que lo desperté para venir aquí -.
-¿Tan temprano? -.
-Quiero cereal. Tu cereal es el mejor del mundo, Edd -.
-Ya te dije dónde puedes comprarlo, Matt, no tienes que venir aquí siempre a comerlo —Le dejó el tazón a un lado para ir a servirse el suyo.
-¡Pero es tan bueno! —Abrazo el tazón del cereal.
Edd sólo suspiro resignado, discutir con su amigo era inútil y tonto.
Se sirvió su cereal y sacó una lata de Coca-Cola de la nevera para sentarse a comer.
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Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]
RandomEdd, Matt, Tom y Tord son un grupo de amigos que se dedican a vivir aventuras casi todos los días. Un día, Tord se fue del grupo para ir a cumplir su sueño en la gran ciudad, regresando mucho después. Su regreso sólo trajo su traición y sus verdader...