15. Pasado: sólo un... ¿Accidente?.

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Una gran mansión con un gran jardín, los arbustos cortados simétricamente y una reja alta y pintada de un blanco marmolejo. Sin flores y ninguna planta además de los arbustos, con una fuente en la entrada y una limusina estacionada en la puerta principal.

En un barrio lujoso era la casa más lujosa, pero de una manera bastante estricta y sistemática.

-¡Te empapé! —Se escuchó un grito de un niño.

En el patio trasero de la mansión se encontraban un par de niños jugando. El hijo del dueño con once años y su mejor amigo de diez años.

-¡A ver qué te parece esto, traidor! —Tord tenía una pistola de agua y le disparaba chorros al castaño a unos pasos de él.

-¡No soy un traidor! —Le respondió éste lanzándole un globo de agua.

-Claro que sí, se suponía que atacaríamos al guardia —Tord señaló a un hombre en uniforme militar azul parado cerca de la puerta trasera del jardín.

-Pero es un adulto, se supone que hay que respetar a los adultos -.

Tord le lanzó una mirada y procedió a dispararle al guardia chorros de agua.

-¡Tord, no hagas eso! —Edd intentó detenerlo, pero era inútil, Tord practicaba karate y de un movimiento lo tiró al suelo.

-Eres muy bueno, Edd, por eso todos se aprovechan de ti —Tord se cruzó de brazos, inclinándose un poco para mirar al menor a la cara.

Ambos estaban en pantaloncillos cortos y camisetas, ropa cómoda para poder mojarse sin complicaciones.

-Pero estás tú, tú me cuidas... —Dijo en voz baja.

-Claro que te cuidaré, eres tan patético que me das pena. Además, eres mi cómplice y me costó mucho convencer a mis padres de dejarte venir a mi casa -.

-Pero... Somos amigos... ¿No? -.

Tord abrió ligeramente los ojos. Miró a otro lado para pensar, ya van tres años desde que conoció al castaño. No pasó mucho para darse cuenta de que los demás niños sólo se aprovechaban de él, siempre tenía que defenderlo y eso los metía a veces en problemas. Aún así, Edd era el único lo bastante tonto para querer quedarse cerca de él conociendo el carácter de su padre.
El único que siempre regresa después de despedirse.

-Sí, somos amigos y todo eso. Pero los amigos se apoyan, así que lanzale globos a ese idiota con uniforme —Señaló al guardia otra vez.

Edd se emocionó nuevamente y se levantó.

-¡Señor, sí, señor! —Hizo un saludo militar y tomó un par de globos.

Se acercó al hombre y preparó su brazo para lanzar el globo, pero su agarré temblaba con cada paso. Miraba al hombre, quién tenía un semblante frío e intimidante a pesar de que estaba mojado.

-¡No, no puedo! —Exclamo alejándose.

De pronto, sintió a alguien sujetando sus hombros.

-¿Así planeas defenderte? No seas cobarde. Mira —Le quitó un globo y se lo lanzó al guardia, el cual lo único que hizo fue cerrar los ojos para que no le cayera agua en la cara.

-Mmm... —Edd miraba con miedo el globo en su mano derecha, inseguro de lo que debía hacer.

-Él no hará nada, su trabajo es estar ahí parado cuidándome. Además, sólo necesitas un empujón para que todo cambie —Chasqueó los dedos— Es así de fácil -.

Edd quedó en silencio y después sólo lanzó el globo, golpeando al hombre en el pecho.

-¡Lo hice! —Exclamó emocionado al voltearse a mirar al más alto.

Amistades rotas (Eddsworld) [TordEdd] [MattTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora