Imbécil, hijo de perra, el más idiota sobre la faz de la tierra, una mierda andante...
Se insultaba a sí mismo, se odiaba, quería morir.— Señor... Tomioka Sabito. — Dijo el doctor tratando de llamar la atención de un shockeado paciente.
Por su parte, dicho paciente se encontraba con la cabeza gacha apretando sus manos encarnando sus uñas en su piel levemente pálida.
Su estupidez le ha cobrado sumamente caro.— Bueno, volviendo a repetir por sí no fui lo suficientemente claro... — El médico aclaró su garganta y acomodó los papeles frente a él para proceder a leer. — Paciente Tomioka Sabito de 22 años de edad, profesor del Instituto Kimetsu de Tokyo, ha resultado positivo para sífilis.
Y nuevamente, esa puta palabra.
— Supongo que ahora quedó claro. — Dijo el doctor suspirando al ver la reacción de su paciente. — Sabe que lo más recomendable ahora es avisar a sus parejas sexuales, tal vez de alguna se contagió y usted contagió a las demás, de esta forma podemos proceder a los tratamientos antibióticos... Blah, blah blah...
Cada vez la voz del hombre se distorsionaba más y más, parecía estar ahora sumergido bajo el agua, en un lugar completamente oscuro, dónde nadie lo iba a sacar.
Mierda... Mierda, mierda, mierda.
¡IMBÉCIL! ¡MALDITA SEA SABITO!¿QUE HARAS AHORA?
¿Q-que... Hará Tanjiro...?Dios... Pequeño... Mi pequeño hermano.
— M-mi... Hermanito, mi hermanito. — Sabito susurraba en voz baja, aparentemente estaba entrando en un ataque de pánico causado por sus mismas desiciones.
— Creo que procederé a programar el primer tratamiento, por favor, acuda a las citas con un anticipo de 10 minutos para la preparación previa. — Se levantó de su asiento para tomar algunos medicamentos de su cajón y meternos en una bolsa de papel.
Poco escuchaba al doctor, poco le importaba su mísera vida, poco... Poco era lo que valía por no decir nada, sin él, sería un gasto menos de oxígeno y alimento para los malditos gusanos que comerían su carne.
Y de esta forma, tal y como era de esperarse, sin saber cómo, llegó a su trabajo una hora después de lo estipulado por su contrato.
Estaba muerto en vida, en su escritorio en la sala de profesores, podía sentir la mirada de preocupación de todos y cada uno de ellos.En especial de uno, ese al que tanta rabia le tuvo en el pasado y ahora... Ya no puede ni mirarlo a la cara.
— Creo que tu hermano se siente mal. — Comentó Rengoku Kyojuro al azabache.
— Es normal, déjalo. — Lo ignoró por completo, en efecto, aquello definitivamente no era de su incumbencia. — Kyo, ¿Puedo revisar las notas de los alumnos de primero en este último semestre? — Limpió sus lentes y se dispuso a llegar al fondo de todo.
Tenía pensado buscar el momento justo en que las notas de Tanjiro comenzaron a bajar, ver si era en todas las materias, buscar un motivo y finalmente encararlo, sin pruebas contundentes de que algo sucedió, no podía enfrentarse a su hermanito menor.
Además, sin mencionar que lo evitaba a donde sea que fuera.
Segundo día luego de que volvió y ahora tenía más preguntas que antes.— R-r-r... Rengok-ku... ¿Q-queria... Hablar conmigo? — Habló un rubio nervioso al otro lado de la mesa.
Tomioka Giyuu miró de reojo a su hermano, este se sobresaltó al escuchar la voz del estudiante y más por ver quiénes le mandaron a llamar.
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A Little Secret [Parte II]
FanfictionLa historia seguirá luego de los eventos sucedidos en la primera parte, se recomienda discreción, temas sensibles que podría afectar a algunas personas, si la historia no es de tu agrado, no la leas. • Tomioka Giyuu vuelve al Instituto luego de un t...