A Little Secret [Parte II]

Y una mierda

— ¿A qué te refieres con que murió? — Sabito apretó su puño fuertemente. — ¡¿COMO MIERDA MURIÓ?!

— ¿Que no es... Obvio...? — Escupió sangre nuevamente. — Tu... Tú mierda, ¡LE JODISTE LA MALDITA VIDA!

Definitivamente ninguno de los dos estaba en sus cabales, Giyuu tenía una rabia creciente en el interior de su ser,  sin contar también el rencor que carcome en vida su alma.
Él vio como la única persona que ha amado toda su vida falleció en sus brazos, como el ser de luz que en algún momento fue su amor prohibido no volvería a abrir sus ojos ni musitar su nombre, maldita sea a la vida y al universo que se empeña en joderle la vida.

Por su parte Sabito cayó de rodillas al suelo, su cerebro estaba ahora empeñado en recordar cada momento con el niño desde que llegó a la casa por primera vez. Es una mierda, una que no merece estar viva, es un hijo de puta que causó la muerte de un inocente por simple capricho y celos.

— ¡MIERDA! — Grito Sabito para luego dar un golpe con su puño a la pared. — ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierdaaaaa!

— ¿Ahora ves la gravedad del asunto? — Rió burlón. — No puedo creer que tuvimos que llegar hasta este punto para que tú finalmente abrieras los ojos, ¿Es que nunca te remordió la conciencia? Estoy seguro que él mostraba señales de que no estaba bien, lo conozco y sé que él tenía miedo, te tenía miedo pero lo ocultaba, es un niño que le tiene miedo a los truenos de la lluvia. — Con cierta dificultad se puso de pie. — Un niño que le gusta comer la comida de su madre, un niño cuyo pecado fue enamorarse de mi... ¡¿Pero acaso ese pecado debía pagarse con la muerte?! ¡EN TODO CASO DEBÍ SER YO!

Sabito sollozaba en silencio, tenía el puño lastimado por tanto haber golpeado la pared.
Si, es cierto, Giyuu había cometido un error tan grande como haberse enamorado de alguien muchos años menor que el, de un niño, maldita sea, ¿En que estaba pensando al hacer eso? Solo pensó en si mismo... Y cuando finalmente quiso pensar en el futuro de la persona que amaba... Ya era tarde, ambos se querían con una locura capaz de destruir el mundo entero.

— ¿Que dirá Makomo? — Cuestionó Sabito. — Y-yo... No quería hacerle daño a nadie, no se qué me pasó.... S-solo perdí la cabeza, ¡Giyuu lo siento tanto!

Giyuu tomando fuerzas nuevamente, camino a paso decidido hacia su hermano mayor al cuál golpeó fuertemente en la cabeza con su pie, el golpe fue tal que el contrario fue a parar hacia la pared continua.
No contento con esto, lo tomó por el cuello y le miró con la más fulminante rabia.

— Nos quitaste a Makomo y a mi... Lo que más amábamos en esta vida y ese será tu pecado, carga tu conciencia con eso, muere recordando que tus manos están manchadas de sangre de una persona que nunca te hizo daño a ti, créeme que si las leyes no existieran yo mismo acabaría con tu vida aquí y ahora, yo mismo quitaría la carne de tus huesos y se lo daría a los cerdos, si por mi fuera ahora mismo estaría sacando tus órganos con un tenedor, parte... — Giyuu lo golpeó contra la pared. — Por parte hasta dejar de ti solo un cascarón vacío.

Sabito simplemente se limitó a mirar al vacío sin respuesta alguna.
Merecía eso, merecía todo el odio de su hermano, del mundo, del universo... ¡Merecía toda la mierda que le pase de ahora en adelante!

— En estos momentos deben de estar recogiendo su pequeño y frágil cuerpo lleno de tus estúpidas marcas, lo llevarán a la morgue y no tardarán en llamar a Makomo. — Giyuu escupió a la cara de su hermano mayor. — Ahora tu... Vas a caminar a la salida de esta casa y te vas a entregar a la policía.

— ¿Q-que...?

Giyuu sonrió cínicamente.

— ¿Acaso... No te diste cuenta? Afuera hay patrullas rodeando la casa, no tienes escapatoria, si intentas huir serás arrestado y tus cargos solo irán en aumento, agradece que llegaron a tiempo para salvar tu vida, porque yo... — Se acercó al oído de Sabito. — Iría a la cárcel por vengar la muerte de Tanjiro.