CAPITULO 12✓

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Mis caderas se movían al compás de la música, las manos de aquel hombre se aferraban a ellas.

Me gire, me aferre a su cuello mientras coqueteaba con él.

Pare de golpe al sentir unas inmensas ganas de vomitar, él chico me miró confundido, trato de hablarme, pero ni tiempo me dió de escucharlo.

Salí corriendo directo al baño, me inque dejando salir todo, mi teléfono comenzó a sonar con desesperación, me senté en el piso.

Estaba mareada, trataba de recuperarme pero el sonido insistente de mi teléfono me lo impedía.

Lo saqué de mi bolso con flojera, mire más de cincuenta llamadas perdidas de Demian.

— Bueno —. Conteste

— ¿Dónde demonios estás? —. Escuché su respiración agitada eso solo significaba que estaba más que molesto

— En una discoteca, follandome aún chico de cabello marrón —. Sonreí maliciosa, escuché como rechinaron sus dientes con fuerza

— Te voy a encontrar, y te juro que me vas a pagar con creces lo que me estás haciendo para verme sufrir —. Mordí mis labios nerviosa al escuchar su amenaza

— ¿Es una amenaza? —. Pregunté incrédula

Sabía a la perfección la respuesta, pero quería escucharla salir de su boca.

— Es una advertencia —. Colgué

Me levanté del piso, un sentimiento de preocupación se apoderó de mi cuerpo.

Caminé al tocador enjuagando mi boca, mire mi reflejo en el espejo, me veía pálida, y un poco más rellenita.

Camine a la salida del baño, frene de golpe al sentir como choque con algo, alce la mirada topandome con él chico con el que antes bailaba.

— ¿Estás bien? —. Pregunto preocupado

Un pequeña sonrisa se formó en mis labios al escuchar sus palabras de preocupación.

— Si, solo me sentí un poco mareada —. Toque mi frente

— Tengo que irme —. Me aleje rápidamente de él

— Nos veremos luego Dalia —. Me pare de golpe al escuchar mi nombre

— ¿Cómo sabes mi nombre? Jamás te lo dije —. Lo mire con desconfianza

— Si lo hiciste solo que no lo recuerdas —. Una parte de mi quería creerle, pero por otra parte ya no me daba buena espina

Asentí con la cabeza, retome mi caminata saliendo de aquel lugar, el aire frío choco con mi rostro provocando que cerrará los ojos, disfrutando de aquel momento de libertad.

(...)

Abracé a mi cuerpo, hacía frío y no llevaba la ropa adecuada como para cubrirme de la temporada.

Frene de golpe mi caminata al ver una farmacia a los lejos, mordí mis labios nerviosa, camine con rapidez a ella.

— Buenas noches —. Mire a la chica que me saludaba

— Buenas noches —. Me acerque a ella, me quedé callada mirando las pruebas de embarazo

— ¿Desea una? —. Mire a la chica

— Si, por favor —. Ella se dió la vuelta tomando una de esas pruebas

La dejo sobre la barra, mi corazón latino con fuerza, no dejaba de observarla, solo quería pensar que era una confusión mía y no era lo que más tenía.

— Hay un baño allá atrás —. Mire de nuevo a la chica

Tragué saliva nerviosa, ella me dedico una mira llena de compasión y eso me hizo sentir indefensa.

— Gracias —. Susurré tomando la prueba

Me acerque a pasos muy lentos al baño, mire por última vez a esa chica, la cual me sonrió con ternura, baje la mirada entrando al baño.

(...)

— ¿Por qué tardaste tanto en llegar? —. Fue la primera pregunta que lanzo Demian al verme entrar

— Por qué se me pego la gana —. Respondí molesta

— ¡Ya no voy a permitir que salgas y te folles a otros! —. Me tomo con fuerza de los hombros

— ¡Suéltame! —. Grité dejando caer mi bolso

Demian miró confundido la prueba de embarazo, la tomo del piso, mi corazón latío con fuerza.

— ¿Estás embarazada? —. Me miró, me quedé callada por un par de segundos, no sabía que responder

— ¡RESPÓNDEME! —. Su grito hizo que me sobresaltara

— ¡SI! —. Respondí

Unas inmensas ganas de llorar inundaron mis ojos, mire con terror a Demian al escucharlo reír de felicidad.

— ¡Voy a hacer papá! —. Grito con efusividad, sus palabras me hicieron llenar de rabia

— ¡Eres un maldito enfermo! —. Escupí con rabia

Él me miró confundido, no pude contener más las lágrimas las dejé salir, trazaron un camino por mis ojos hasta llegar a mis mejillas.

— ¿Por qué? —. Frunció el ceño

— ¡Yo aún soy muy joven para ser madre, y mucho menos quiero un hijo de mi propio hermano! —. Me pase las manos por mi rostro frustrada

— Mi amor no te preocupes a nuestro hijos jamás le faltará algo —. Sentí las manos de Demian sobre las mías

— ¡Cállate maldito enfermo! —. Me aleje rápidamente de él

— ¡Yo jamás voy a tener un hijo tuyo! —. Escupí con rabia

AMARTE ES MI PERDICIÓN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora