Capítulo 19: Al fin sabemos del amor

2.1K 199 27
                                    

Al fin llego el final! Aquí esta mi regalo de navidad para todos ustedes, espero lo disfruten mucho, así como yo disfrute escribir todo esto n.n muchas gracias por acompañarme con esta historia y les agradeceré siempre que le hubieran dado tanto cariño a este pequeño proyecto mío. Sin mas los dejo para leer, no olviden comentar, me encanta leer todos sus comentarios, gócenlo!


Fue Ben quien cargo a Kiah hasta el ala de enfermería en la escuela. Si bien lo llamaban enfermería, la realidad era que parecía más un pequeño hospital, contando con varios cuartos de estancia para los heridos y enfermos, una sala de espera, una sala de operaciones y un área de terapia intensiva.

Kiah fue trasladada rápidamente al área de terapia intensiva en donde los médicos no perdieron tiempo de empezar a cerrarle las heridas. Muchas de sus lesiones se veían escandalosas, pero al revisar cada abertura en su piel y todo su esqueleto advirtieron que eran más inofensivas de lo que se miraban. Igualmente advirtieron que el proceso de recuperación sería más rápido pero también más complicado debido a que no era humana totalmente.

_________________

Las horas pasaron y Kiah fue movida a una habitación normal donde solo una persona podía quedarse junto a ella. Mal, aun en su vestido ostentoso e incómodo, se acomodó en una silla que hacia la falda y el volante mucho más fastidiosos.

En todo momento mantenía una mano entre la mano derecha de Kiah, la única extremidad que salió ilesa de la pelea. Con la otra se daba el lujo de repasar los músculos del brazo de la chica con la punta de sus dedos. No lo admitiría en voz alta, pero siempre tuvo cierta flaqueza por el fornido cuerpo de la princesa. Le parecía atractivo que poseyera la fuerza para romper huesos sin mucho esfuerzo y que su toque siempre sea delicado, tierno, lleno de cariño, un contraste desmesurado que le encantaba.

Estando de esta manera después de casi perder a Kiah, tenerla tan cerca, poder tocarla sin reprimirse, detallando su rostro y su cuerpo sin temor a ser descubierta, era perfecto. Las circunstancias definitivamente no eran las más deseables, pero se preguntó cómo pudieron salir las cosas de haber sido todo distinto.

Kiah empezó a resoplar delicadamente mientras movía un poco la cabeza.

-¿Qué tan mal estoy?- habló débilmente sin abrir los ojos, rozando el dorso de la mano de Mal con su pulgar.

Mal trazo sus dedos por toda la mano de Kiah, sonriendo de felicidad pura al escuchar esa profunda voz de nuevo.

-Te soldaron la clavícula, el humero y el codo izquierdos. Tuvieron que suturar en el muslo derecho. Cuatro costillas rotas. Los colmillos no tocaron ningún nervio importante en tu brazo izquierdo pero necesitaste demasiadas puntadas y lo tendrás inmovilizado un tiempo. Fractura de tobillo derecho. Y te raspaste las rodillas y los codos.

-Debo cuidarme esos raspones- bromeo, abriendo los ojos. El fulgor en ellos seguía intacto sin importar el notable cansancio que reflejaban.

Mal paso sus dedos por el cabello de Kiah, peinando su fleco hacia atrás con suaves caricias que hicieron resoplar a la princesa.

-Me asustaste- dijo sinceramente, con un volumen tan bajo que de no ser por el oído animal de Kiah quizá no le hubiera entendido.

-No más de lo que tú me asustaste como dragón-. Ambas rieron, perdiéndose en ellas mismas cuando sus miradas se cruzaron en el primer momento tranquilo que han tenido después de mucho tiempo, y teniendo sus sentimientos ya expuestos le daba un nuevo matiz a cada gesto entre ellas.

-En verdad creí que te perdería...

Kiah sostuvo la mano de Mal con cariño, haciendo círculos en su piel con su dedo. Llevo su mano a su boca y le beso afectuosamente, ganándose un sonrojo que pinto las mejillas de Mal.

Ojos Dorados - Descendientes FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora