Ojos Dorados - Descendientes Fanfic

Capítulo 17: Lo que siento es amor

Ya no se como agradecerles el cariño que le están dando a esta historia, es tan bonito ver que tanta gente la lee, ver tantos comentarios pidiendo más, creando especulaciones, de verdad muchas gracias, de todo corazón, hacen mi día con cada notificación que me llega :')

Como es costumbre, pido disculpas por tardar tanto en actualizar, pero hay dos motivos; el primero, este es el capítulo más largo y más difícil que he escrito de esta historia, segundo, estoy haciendo mi trabajo de titulación y como algunos sabrán es demasiado trabajo. Calma, no por tener que hacer eso dejare de escribir, pero puede que me siga disculpando por tardarme en subirla xD

Y también lamento la hora en que a muchos les llegara la notificación, pero estoy muy emocionada por este capítulo que no podía esperar a que fuera una hora más decente para publicarlo

Sin más, gócenlo mucho, aquí llega un momento que se estuvo esperando desde el principio, no olviden comentar y darle mucho amor :D GRACIAS

Seis días después del fiasco en la Isla, por fin llego el día; la Galería de Arte se inauguraría esa noche. A la escuela le sobraban eventos, pero rara vez se concentraban en la parte artística que Auradon era capaz de ofrecer, y a raíz de esto el cuerpo estudiantil se veía más emocionado que por un baile.

Desde que volvieron de su odisea, ninguno de los podridos se había reunido con Kiah, ni siquiera la veían por los pasillos. La única que tenía algún tipo de contacto con ella era Lonnie, era su único canal de comunicación con la leona, y no era gran cosa ya que pese a ser su compañera la veía cerca de nunca. No tenían ninguna novedad salvo que la hija de Mulán les corroboro que la princesa seguía adelante con su plan de regresar a su hogar.

Evie insistía a Mal en hablar con ella, aunque no conseguía nada por parte de su mejor amiga. E igualmente no se rindió en intentar conversar ella misma con Kiah. Pero, oh decepción, jamás encontraba a la leona en su habitación ni siquiera por las noches. En esas ocasiones ni Lonnie tenía una noción de donde pudiera estar. Hacia buen trabajo desapareciendo de la faz de Auradon.

Ni en clases, ni en actividades extra curriculares, ni el Hada Madrina daba con ella para pedir explicación por su constante ausencia en la escuela. Uno que otro alumno decía haberla visto mirando hacia la Isla de los Perdidos, y luego se esfumaba. Se había convertido en un fantasma.

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Faltando un par de horas para el evento, Mal y Evie empezaban a maquillarse, y por maquillarse más bien es que Mal solo estaba sentada frente a su tocador escudriñando la bolsa de cosméticos de repuesto de Evie en espera de que su amiga terminara de arreglarse para pasar a ponerle algo de color a sus pálidas mejillas. Llevaba unos buenos veinte minutos jugueteando con un labial.

-Kiah se va mañana- anuncio Evie, mirando la espalda de Mal por el espejo-. Está todo arreglado.

Mal no se inmuto. Ni siquiera se hizo la entendida y continuo con lo que estaba haciendo como si no le importara nada.

Evie volteó con rapidez, clavándole la mirada en la nuca.

-¿De verdad estas dejando que pase esto?- le pregunto, sonando bastante indignada, incluso molesta.

-¿Yo? ¿Por qué crees que tengo algo que ver en eso?

-Bromeas- murmuro más para ella misma-. Debes estar... Mal... No puedes...

-Déjalo, Evie.

-¡No!- alzo la voz, levantándose para acercarse a su testaruda amiga. Por primera vez en toda su vida, Mal sintió miedo de Evie-. ¡Ya me cansé de tu actitud!