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Adentrándose al bosque, en un camino desconocido entre el cumulo de árboles, se hallaba una mansión en ruinas, perteneciente a una familia que pereció en manos de la maldad humana. Fuera de ella, una manada se encontraba reunida para hablar de las inquietudes que ocurrían en el pueblo continuo al suyo. Cuerpos aparecían sin tener una explicación en concreto y por cómo iba todo, parecía estar empeorando con el pasar de los segundos.

—¿Quieres explicar cómo es posible que el pueblo de alado este presentado estos problemas? —preguntó Stiles, quien con la mirada fija el móvil de Scott.

—Fue lo que explicó Deaton, incluso Clemens lo afirmó, no hay una manera exacta para concluir con los ataques y las muertes.

—Clemens debe estar ciego, es claro que la edad no esta de su lado —lo interrumpió Stiles. Levantó la mirada al solo quedar el silencio del ambiente, y la mirada de reproche caía sobre él—. ¿Qué? Lo que digo es cierto, papá dejó de darle trabajo desde que confundió ala atacante con la víctima, y le terminó disparando a la víctima.

—Stiles —gruñó Derek.

—Bien, no digo más.

—¿Hay algo más, Liam? —preguntó Scott.

—Lo hay. Según lo que escuche por los habitantes, en los cuerpos se han encontrado una serie de mordidas y rasguños. Entonces, cuando las vi, no las pude identificar. Empezando por las mordidas; estas al principio no les halle la forma en concreto. Lo que vendrían siendo los dientes, no tenían el orden si decimos que era por un hombre lobo y si fuera por uno transformado; no se hallaban los incisivos o los caninos, nada.

La exhalación de Stiles se escuchó, mientras se levantaba de su lugar, bajo la mirada atenta del alfa verdadero. Tomó el móvil, y apartó un poco de su lado a Scott.

—¿Ni siquiera pueden identificarlo? —preguntó—. Primero, muchas de las marcas deben de haber dejado algún tipo de residuo. Como mucho, algo que pueda identificarlo, ya sea animal o humano.

—¿Crees que lo tenga?

—Es ciencia, pequeño Liam, incluso si no es algo sobrenatural, debe de quedar algo. Clemens puede pedir en la autopsia una muestra profunda del cadáver.

—Le diré, aun estoy en el hostal, esperaré un poco más.

Stiles arqueó las cejas, y devolvió el móvil a su dueño original. Desde que se llegaron a empapar en el mundo de lo sobrenatural, las posibilidades para que todo cambiara de manera repentina, no era una simple opción. Para el castaño humano, era como la carta del menú de aquel fino restaurante al que nunca entraría, con los platos principales con bestias sedientas de tu sangre, o el aperitivo, con la bruja en busca de sacrificios para volver a su forma original. O la ese tercer plato que poseería tu cuerpo, y mataría a quien estuviera frente a ti por su simple diversión.

Así de caro era estar en el mundo sobrenatural desde su punto de vista. Costaba vidas de las personas más queridas, dejando marcas lo suficiente profundas como para no volver a cerrarlas. Siempre siendo recordadas en los peores momentos.

—...la mitad de grupo irá conmigo. Peter pronto regresara ¿Derek? —ordenó a Scott.

—Hay que vigilar la grieta.

—Bien —continuó Lydia—. Los demás se quedan.

—Me están dejando fuera del plan.

—No, no lo hacemos, hermano. Necesitamos tu cerebro en esta área, por fuera del faro, esta Parrish, y Peter a regresar. Derek también se quedara.

—Lo sé, a ellos podemos dejarlos, debemos ir a ver lo que sigue del otro lado.

Scott suspiró, señal que los que se encontraban en el lugar tomaron como señal para irse dispersando. Dejando a ellos dos y un Derek escuchando todo.

—Stiles.

—No escucho, Scott, debo buscar mis cosas.

Sale de la mansión, ignorando mucho más la explicación razonable de su mejor amigo para que continuara en el lugar. Stiles, rodó los ojos, cuando su hombro fue tomado y girado hacia él.

—¡Stiles! Esto es en serio, y muy necesario. Aun debemos vigilar lo que ocurre...

—Beacon Hills no es lo mismo, y el hecho de que permanezcamos aquí es por nuestra idiotez de responsabilidad. Ahora ni siquiera viven humanos del todo, y los que nos ven, se contienen en atacarnos. Siempre son ustedes lo que salen del pueblo, y cierto, Stiles debe quedarse por su cerebro, gracias por el cumplido, pero no ¿Quieres que siga explicando? ¡Porque lo puedo hacer!

El mencionado suspiró, y palmeó tres veces el hombro de Stiles. Negó con la cabeza no retrocedió a sus palabras. Ambos se mantuvieron en silencio, esperando que uno de los dos cambiara de parecer. Stiles deseando que Scott se coloque en su lugar por siquiera una vez. Sin embargo, sus ojos de color miel no fueron suficientes para hacerlo trastabillar.

—Lo siento, Stiles, no puedes salir del pueblo.

—Bien, alfa verdadero, lo que tu digas...

—Puedes esperar a Peter.

—¿Es en serio? Necesitas unos buenos golpes, te esta afectando convivir con Liam —murmuró lo último, incluso sabiendo que Scott lo escucharía.

Stiles rodó los ojos, y se alejó en dirección a su auto. Subió a este y espero a que todos fueran para maldecirlos a lo lejos. Encendió el auto y fue en busca de su maletín que reposaba en el asiento del copiloto. Es allí que notó algo más sobre este. Una papel arrugado.

Stiles frunció el ceño, pensando en las posibilidades de que algunos de los chicos volvieran a hacerle alguna broma, como cuando aun se encontraban en la preparatoria. Lo abrió con precaución y una amenaza fue lo que leyó. No pudo evitar la emoción, rió y maldijo, molesto.

Exactamente lo que temía, pensó.

Hacía mucho que se había acostumbrado a cada una de las razones para estar en el mundo sobrenatural. Siempre era por la manada. Eran todos desgraciados que llegaban al pueblo solo era para crear planes macabros en donde ellos se interponían, como si fuera los héroes de algún comic, que él continuaba leyendo.

¿Podía cambiar como antes? Se preguntó.

La perfecta caligrafía en tinta roja, demostraba lo contrario. Al contrario, los demás seres, dejar un memo para que él supiera, se sentía mucho más exclusivo. Stiles volvió a reír, ya ni siquiera gastar emociones. ¿Para qué?

―Stiles ―escuchó su nombre, más no volteó. ¿Qué tan lejos estaba la persona de él?—¿Stiles? ¿Estás bien?

Volteó hacia la ventana, notando el serio rostro de Derek, fruncir las cejas en su dirección, mientras esperaba una respuesta de su parte. ¿El qué respondía? Mentir no era una opción, ni siquiera su fuerte. Especialmente bajo la mirada del alfa sobre él.

—Lo estoy, señor alfa, ¿Necesitas algo? —preguntó Stiles, colocando ambas manos sobre el volante.

—Nada, arranca, no puedes quedarte.

—Lo sé, lo sé, no me lo recuerdes.

Desde su asiento, vio como Derek se alejó en su camaro negro, para luego el seguirlo. Con la presión sobre sus hombros y la molestia en su pecho.

Sin embargo, el objetivo había cambiado.

Ahora era él.

"Stiles... ¿Crees que aun eres libre de mí? Hace mucho que nos conocemos, y sé que tan débil eres. El miedo de tus recuerdos, y esa maldad de la que te ocultas. Sé quién eres, Mieczyslaw Stilinski.

Ahora me toca a mí. " N.

Detrás de la verdad, SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora