¹⁰

259 35 0
                                    

El sentimiento de culpabilidad se plantaba en el pecho de Derek, quien en ese momento se limitaba a observar a un Stiles dormido. Lo cual se convertía en costumbre desde que se planteó los sentimientos por el chico. Observarlo e imaginarse situaciones irrealistas sobre ellos dos, donde los monstruos o demonios los molestasen; en donde ellos fuese uno solo: entre besos, caricias seductoras y sonrisas reconfortantes.

Ser él alguien un poco más demostrativo con el pecoso, dejarle en claro cada uno de sus pensamientos y trasmitirle cada una de esas emociones que abarcaban su cuerpo cuando lo observaba sin que se diera cuenta. Quería dejarle en claro que no estaba solo, que eran ellos contra el mundo, su manada contra cualquiera, ellos dos... contra el mal.

Derek acarició los cabellos castaños de Stiles, deseando que a través de aquel pequeño vinculo que crecía entre ellos, sus emociones calmaran el pobre corazón del chico. Protegiendo sus sueños.

El antiguo alfa se levantó del borde de la cama y se acostó al lado de Stiles, dándole la espalda. Su mente era una batalla, quería tener al chico entre sus brazos, pero no quería asustarlo cuando despertarse, no obstante, sentir al chico temblar a su lado, lo hizo voltearse y tomarle entre sus brazos, dejando que su cabeza descansase en sus pecho.

El amanecer llegó, y no dudo en colarse por la ventana de la habitación. El chico sarcasmo se removió un poco entre los brazos de Derek, mientras busca la oscuridad para descansar.

—No te muevas... —susurro entre sueños Derek, haciendo que el poco sueño que antes el chico mantenía se fuera en un abrir y cerrar de ojos.

—Lo siento.

—Shh...

Stiles como pudo salió de los cálidos brazos de Derek, necesitaba un pequeño respiro y el SweetWolf no lo estaba ayudando. Sentándose en la orilla de la cama, estiro su cuerpo y dejo salir un bostezo, entonces, cuando Stiles logro despertar por completo su mente rebobinó cada una de las cosas vividas el día anterior. Trago en seco, mientras sus manos apretaban fuertemente las sabanas. No quería llorar y molestar a Derek. Él no quería ser malo. Él era fuerte, hubo peores cosas en el pasado; él podía luchar contra su padre, podía ser acabar aquellas muertes... Stiles deseaba ser más fuerte, mucho más de lo que él sabe. 

Porque sabía que de nada servía todo el conocimiento que mantenía, cuando no podía anticipar los movimientos de Nyfed, cuando no podía proteger a los que se convirtieron en su familia después de la caída de su pueblo. 

—Stiles —la voz de Derek llamándole se escucha grave por su recién despertar—. ¿Qué ocurre?

Entonces esa descarga de emociones se instaló en el cuerpo de Derek; emociones que no le pertenecían. Sin dudarlo Derek se recuesta al respaldar de la cama y atrae el cuerpo de Stiles hacia él, dejando que este se acomode sobre sus piernas y deje caer sus lágrimas sobre su hombro.

Stiles no quería llorar, no quería sentir, odiaba ser un motivo de algo tan grande como lo es la muerte de su amiga. La segunda vez que acababa con la vida de alguien tan amado para él.

Odiaba al Nogitsune.

Odiaba al demonio.

Odiaba ser él.

Derek trataba de calmar su llanto, pequeñas caricias eran dadas en la pecosa espalda del más joven.

En el vínculo que ahora ambos mantenían, el hombre lobo podía sentir las emociones de su chico. Él quisiera decirle muchas cosas para calmar su herida alma, pero, no encontraba las palabras adecuadas...

—Stiles, vamos respira —la suave voz del antiguo alfa buscaba la manera de que el mencionado no sufriera de un ataque de ansiedad.

—Derek... ella murió. —susurro entre lágrimas—. Él dijo que acabaría con nuestra manada... yo no quiero que esto continúe. Amo nuestra manada y este dolor —señalo su corazón—. Es lo que él quería provocar, y lo esta logrando, ¡Maldita sea, Derek! ¡Nyfed no se va a detener! 

Detrás de la verdad, SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora