𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐭𝐫𝐞𝐬: 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬

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Un nuevo día amanecía en Birmingham, como todas las mañanas Thomas Shelby salió a su pub para tomar un buen Whisky antes de dar comienzo a su larga y cansada mañana

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Un nuevo día amanecía en Birmingham, como todas las mañanas Thomas Shelby salió a su pub para tomar un buen Whisky antes de dar comienzo a su larga y cansada mañana.

—Grace, lo de siempre— le pidió a la hermosa camarera que tan loco le traía.

Ella se lo sirvió junto a una sonrisa— ¿una noche dura?— Le preguntó.

—Para nada— negó él antes de dar un pequeño trago a su copa de Whisky— una cena para cerrar un negocio, solamente eso— la contó.

—¿Sin disparos ni amenazas?— Dijo fingiendo sorpresa haciendo que él ría.

—Sin disparos ni amenazas— asintió manteniendo esa pequeña sonrisa que siempre tenía.

—Eso sí que es algo nuevo— admitió Grace riendo, el gánster bebió lo que restaba de la copa de un solo trago antes de levantarse.

—Nos vemos— se despidió de la chica, ella le regaló una pequeña sonrisa.

Se subió a su auto en dirección al hogar de los Edevane, debía de ir a buscar a la chica para llevarla a escoger un vestido, hoy habría una fiesta por la apertura de su bar, además de tenerla que explicar unas condiciones que necesitaría saber para hoy.

—¡Thomas!— Saludó Annabel animadamente al hombre, él asintió amablemente— ahora la digo que baje— dijo refiriéndose a su hija.

—Sin prisa— respondió Thomas encendiéndose un cigarro con calma.

La adolescente bajó lo más rápido que pudo, no quería hacer esperar al Shelby por si le enfadaba y luego tenía consecuencias de alguna manera o algo, sencillamente no quería problemas.

—Ya estoy— enunció Jade con la respiración algo agitada mientras se colocaba el pelo hacia atrás.

—Sube— la mandó Tommy con un tono algo frío, pero así era su forma de ser.

La chica subió y se sumergió en aproximadamente una hora de silencio, no la importaba mucho dado que su viaje hacia Nueva Zelanda y para volver fue exactamente igual pero con más horas. Cuando llegaron a la casa de los Shelby todo fue más incómodo aún para la chica.

—Aquí estás— sonrió Ada para abrazar a su futura cuñada— lamento no poder asistir a la cena la otra noche, pero Karl enfermó— se disculpó.

—Oh, no es nada— negó Jade amablemente.

—¡John, tu chica!— Exclamó Arthur tumbado en el sofá, parecía ser el momento en que los Shelby guardaban calma.

—Deja de gritar, joder— bufó Polly cogiéndose la cabeza.— Oh, preciosa— sonrió mirando a Jade.

—Hola— la Edevane sonrió de vuelta a la mujer. John hizo acto de presencia junto a sus cuatro hijos, ella miró sorprendida a los pequeños revolotear por el salón.

𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂- 𝐉𝐨𝐡𝐧 𝐒𝐡𝐞𝐥𝐛𝐲.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora